Turismo en alza

El aumento del turismo ha sido muy notable en los últimos meses. La sensación de lleno total ha sido la tónica general del verano en vuelos, trenes, restaurantes y atractivos turísticos. Sin embargo, es difícil llegar a imaginar el alcance de este crecimiento sin ver las cifras.

En el mes de octubre las pernoctaciones en hoteles aumentaron un 25,4% respecto octubre de 2021. Los hoteles facturaron un 10,9% más llegando a una recaudación de 99,7 euros por habitación. Del total de pernoctas, tan solo el 32,6% son viajeros en España, siendo el 67,4% restante turistas extranjeros. La estancia media también ha aumentado hasta las 3,1 noches.

En los 10 primeros meses de 2022, las pernoctaciones han aumentado un 98,1% con respecto a 2021. Los datos de crecimientos son muy elevados, ya que estas cifras nos llevan a niveles de ocupación muy cercanos a niveles de 2019. El exceso de ahorro y el deseo por viajar generado por el confinamiento ha provocado un efecto de “carpe diem post-pandémico” en el que el deseo por realizar actividades de ocio no se ha visto desincentivado por la inflación, el precio de los combustibles, la energia o el temor a una próxima crisis económica.

Esto es sin duda positivo, ya que el poderoso efecto multiplicador económico que tiene la industria turística beneficia especialmente a todos aquellos que vieron sus negocios cerrados y su empleo destruido durante los peores meses de 2020 y 2021 dándoles la posibilidad de recuperar parte de lo perdido, a la vez de crear empleo y regenerar el tejido empresarial español.

El sector turístico no solo ha demostrado una capacidad de recuperación asombrosa, sino también una sorprendente y poco habitual inelasticidad de la demanda confirmando el giro de esta industria hacia una cada vez mas imprescindible para la mayoría de la población.

Es ese cambio en el comportamiento de la demanda turística lo que nos lleva a pensar que, pese a la habitual bajada de demanda invernal (sobre todo en los destinos de sol y playa), el final del 2022 va a ser muy bueno, en línea con el resto del año, debido al gran interés que están mostrando los turistas por los destinos de nieve, el turismo de ciudad y cultural.

Aunque el contexto geopolítico hace difícil prever el comportamiento de la economía en el próximo año, es cierto que las medidas tomadas para paliar la crisis del covid-19 junto con las variaciones en los precios de la energía y las materias primas debido a la guerra de ucrania pueden generar un mayor aumento de la inflación y por lo tanto una ralentización económica.

La bajada en el consumo de servicios turísticos ha sido siempre un indicador utilizado para predecir la proximidad de una crisis económica y la profundidad de esta. No obstante, como hemos comentado anteriormente, el cambio que estamos observando en el comportamiento de la demanda nos hace pensar que la caída en el consumo turístico será mucho menos abrupta que en las pasadas recesiones y que se recuperará de forma mucho mas rápida que en el pasado. Aunque la capacidad de gasto del turista sea menor, ha aumentado la importancia del ocio en la vida de las personas, a lo que se asocia el deseo de dedicarle un mayor porcentaje de los ingresos a este tipo de actividades.

Por otro lado, el aumento en las ramificaciones de la industria hace que haya ofertas apropiadas para un creciente numero de segmentos de mercado y por lo tanto de presupuestos. Es decir, aunque las condiciones económicas de algunos turistas empeoren, seguirá habiendo oferta turística adecuada para ellos, lo que contribuye a mantener el consumo.

Resulta interesante como el deseo expansionista de viajar, propio del ser humano, no se ha visto afectado por la octava pandemia mas letal de la historia, sino que ha provocado un cambio en las prioridades sociales en las que el ocio parece haber ganado varios enteros.

En definitiva, el año 2022 ha sido un año extraordinario a nivel turístico, sobre todo teniendo en cuenta la problemática existente con algunos de los mayores mercados emisores como el asiático y el ruso.

Es la fuerte inercia que tiene el mercado justamente lo que nos lleva a pensar que pese a las variables negativas que se vislumbran en el horizonte económico, el turismo registrará un buen año 2023, pudiendo incluso llegar a batir records de ocupación pre-pandémicos durante las temporadas altas del año.

José Tomás Arnau, profesor de Turismo de la Universidad Europea | + posts

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