Lufthansa Group completa su programa de repatriación

  • Cerca de noventa mil pasajeros han utilizado este programa para regresar a sus hogares.

La rápida propagación de la pandemia del coronavirus y las restricciones a los viajes impuestas en todo el mundo han provocado el regreso a sus países de origen de un número sin precedentes de turistas y viajeros desde mediados de marzo. Después de poco más de un mes, los programas de repatriación de va-rios gobiernos europeos y de numerosas empresas dedicadas al turismo están a punto de finalizar. En el caso de Lufthansa Group, todas las aerolíneas del grupo han apoyado a sus respectivos gobiernos proporcionando vuelos de regreso.

Desde el 13 de marzo de 2020, las aerolíneas del Grupo Lufthansa han repa-triado a unos 90.000 turistas y viajeros. 437 vuelos especiales salieron de 106 aeropuertos de todo el mundo – desde Nueva Zelanda hasta Chile – todos con destino a Europa. Habrá once vuelos más durante los próximos días. Los go-biernos de Alemania, Austria, Suiza y Bélgica en particular, pero también los operadores turísticos y las líneas de cruceros han estado pidiendo estos vuelos de ida y vuelta a Air Dolomiti, Austrian Airlines, Brussels Airlines, Edelweiss, Eu-rowings, Lufthansa y SWISS.

Además, el Grupo Lufthansa ya ha operado 94 vuelos especiales de carga con suministros de primeros auxilios a bordo.

Hasta la fecha, Eurowings también ha operado 27 de los llamados «vuelos de ayuda a la cosecha» con alrededor de 2.500 pasajeros a bordo, y actualmente se prevén nueve más.

La Oficina Federal de Asuntos Exteriores de Berlín ha encargado a Lufthansa y Eurowings que vuelen a más de 34.000 alemanes y ciudadanos de la UE de vuelta a Alemania desde sus casas de vacaciones y lugares de residencia, algu-nos de los cuales están muy lejos. Entre los pasajeros se encontraba un coro de niñas de Hamburgo, que voló a casa desde Bakú (Azerbaiyán). Los vuelos de regreso se planificaron, prepararon y realizaron como vuelos chárter en muy pocos días. En algunos casos, también había pasajeros del país de destino a bordo del vuelo de ida.

El reto consistía en algo más que organizar y coordinar un enorme número de vuelos especiales planificados individualmente, que ya superaban la media anual habitual de Lufthansa: dado que alrededor de 40 aeropuertos no eran destinos regulares de Lufthansa Group. También había que organizar en un plazo muy breve de tiempo el personal adicional para la asistencia, el catering y el aloja-miento de la tripulación de cabina y de vuelo, el combustible y el mantenimiento. Las embajadas y representaciones diplomáticas locales, así como el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, también prestaron apoyo, especialmente en lo que respecta a los derechos de sobrevuelo y de tráfico necesarios.

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