Entrevista a Josep A. Ivars, director del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA en Calpe.
Parece que se vislumbra el final de la parte más dura de la pandemia del coronavirus en España, que ha afectado de manera muy significativa al sector turístico. ¿Cuál es la primera medida que deben tomar los destinos turísticos de la Comunidad Valenciana para afrontar con garantías la vuelta a la actividad?
Hay que advertir que el sector turístico ha sufrido un shock sin precedentes y el futuro todavía es incierto. La complejidad de la situación obliga a tomar medidas entre diferentes departamentos y extremar la coordinación administrativa, a escala destino y entre todas las Administraciones que inciden en la actividad turística. No obstante, las medidas esenciales deberían encaminarse a garantizar al máximo la seguridad sanitaria en los espacios públicos y privados del destino para restablecer la confianza de los turistas, y también de los residentes.
Se avecinan cambios cualitativos importantes, algunos muy evidentes como la aceleración de la digitalización y otros que se están gestando durante la crisis y que todavía son una incógnita, como los que van a afectar a la movilidad.
En el informe que ha elaborado con el profesor Fernando Vera sobre el impacto del coronavirus en la actividad turística proponen crear un grupo técnico de trabajo con acceso a información de las consellerias. ¿Cuál sería la función de este grupo?
Esta propuesta ha sido atendida y está funcionando bajo la coordinación de Mario Villar, director de Inteligencia Turística de Turisme Comunitat Valenciana. Se trata de un grupo interdisciplinar integrado por profesionales de diversas administraciones y profesores universitarios que trata de contribuir a la gestión de la actual crisis en aspectos como la digitalización, la generación de información estratégica o la apertura de las playas.
¿En qué debería basarse el plan para reactivar, revitalizar y recuperar el sector turístico tras la pandemia?
Como integrante del grupo mencionado, me consta que Turisme Comunitat Valenciana está trabajando en este necesario Plan de Reactivación. Cualquier estrategia de reactivación pasa por el conocimiento en un entorno tan turbulento y por la priorización de medidas en tres ámbitos clave: garantizar la supervivencia y viabilidad empresarial; acciones selectivas en los mercados de acuerdo con su apertura progresiva; y fortalecimiento de los destinos hacia una mayor sostenibilidad, incluyendo lógicamente aspectos sociales relativos a trabajadores y autónomos, especialmente afectados por la crisis.
En el estudio también señalan como clave la resiliencia del destino y la capacidad que tenga de afrontar retos de futuro. ¿Cómo se consigue?
Se consigue afrontando la urgencia con perspectiva de futuro. Hemos vivido unos años de expansión de la demanda turística pero subyacían problemas que pueden aflorar con mayor virulencia si no se abordan convenientemente: problemas urbanísticos estructurales; impacto medioambiental ligado a la emergencia climática; rentabilidad social del turismo cuestionada; dependencia de determinados mercados, etc.
La colaboración público-privada siempre ha sido un factor crítico y ahora lo será más, particularmente de cara a un verano especialmente sensible donde ayuntamientos y empresas afrontan retos de gestión desconocidos hasta ahora con recursos limitados, en particular las empresas.
¿Ayuda la inteligencia turística a que el destino sea capaz de salir fortalecido?
Sin duda, es un factor diferencial para abordar la crisis y para una recuperación lo más rápida posible. Bien gestionadas, las posibilidades de obtener información digital son enormes y deben guiar las decisiones públicas y privadas. Lo vemos en la magnífica labor que está desarrollando VisitBenidorm gracias a su apuesta por la inteligencia turística y el desarrollo del destino inteligente.
¿Hasta qué punto va a ser importante la colaboración público-privada a partir de ahora?
Siempre ha sido un factor crítico y ahora lo será más, particularmente de cara a un verano especialmente sensible donde ayuntamientos y empresas afrontan retos de gestión desconocidos hasta ahora con recursos limitados, en particular las empresas, las cuales tienen que afrontar la incertidumbre con previsibles limitaciones de capacidad y un delicado equilibrio financiero tras el periodo de interrupción de la actividad.
Dada la profunda crisis causada por la Covid–19 en un muy corto espacio de tiempo y la imposibilidad de muchas personas de poder viajar a corto plazo, ¿cree que la recuperación turística será lenta, gradual, rápida?
Las tendencias apuntan a una recuperación lenta y gradual hasta la generalización de una vacuna o un tratamiento eficaz contra la Covid-19. El ritmo lo marcará el alzamiento de las restricciones a los viajes de manera combinada con la capacidad empresarial para funcionar a pleno rendimiento (aerolíneas, alojamientos, etc.) y los efectos económicos de la crisis sobre la capacidad de gasto de la demanda.
Hasta la fecha, la desescalada evoluciona razonablemente bien pero es importante extremar las medidas preventivas para que se complete sin sobresaltos.
¿Qué debe hacer la Comunidad Valenciana para transmitir que sus destinos son sanitariamente seguros?
Tanto las administraciones como las empresas son conscientes de la necesidad de evitar cualquier problema sanitario durante este verano. Hay que trabajar con esta prioridad, de lo contrario no sirve cualquier otra medida. Hasta la fecha, la desescalada evoluciona razonablemente bien pero es importante extremar las medidas preventivas para que se complete sin sobresaltos.
¿Personalmente es optimista o pesimista en cuanto a la evolución futura de una actividad tan importante para el PIB como es el turismo?
Vivimos una tremenda incertidumbre y sólo podemos plantear estimaciones. Se observa cierta mejoría respecto a las previsiones del inicio de la crisis pero, parafraseando a Augusto Monterroso, el dinosaurio sigue ahí. La situación sanitaria va a marcar la recuperación pero el sector turístico y la demanda se han visto dañados por la crisis. Si la solución sanitaria llega para mediados de 2021, niveles de actividad similares a los registrados antes de la crisis podrían producirse en 2022. No obstante, no sólo debemos atender al número de turistas, se avecinan cambios cualitativos importantes, algunos muy evidentes como la aceleración de la digitalización y otros que se están gestando durante la crisis y que todavía son una incógnita, como los que van a afectar a la movilidad.