La Denominación de Origen Vinos de Valencia reivindica mayor apoyo

La Denominación de Origen Valencia, junto con otras 32 denominaciones de origen vitivinícolas del resto de España, a través de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) reunía a representantes de los principales grupos parlamentarios en la jornada “Denominaciones de origen del vino y política agroalimentaria” celebrada en el marco de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso de Los Diputados.

Su objetivo era exponer la importancia del concepto “Denominación de Origen” con el fin último de intentar que los partidos y las administraciones contribuyan a empoderar, defender y fortalecer a las denominaciones de origen del vino.

España es uno de los principales países productores de vino de la Unión Europea y un importante generador de riqueza. Un sector dinámico, muy bien estructurado, autocrítico y a la vanguardia en cuestiones regulatorias y de responsabilidad social como son la sostenibilidad y la salud. Por ello, las Denominaciones de Origen del vino son una “historia de éxito del sector agrario y deben ser reforzadas para que sigan siendo ejemplo de desarrollo sectorial” tal y como señalaron representantes políticos.
El papel protagonista que juega el sector vitivinícola, y en él las Denominaciones de Origen, en la aplicación de la sostenibilidad en sus tres vertientes: económica, social y medioambiental; debe ser puesto en valor.

Entre los retos más inmediatos a los que se enfrentan las Denominaciones de Origen Vitivinícolas, está la posible aplicación de un sistema de calificación nutricional armonizado en la parte frontal del etiquetado de los alimentos del que el Vino debe ser excluido. Del mismo modo que debe ser defendido de aquellas iniciativas legislativas que planteen la inclusión de alertas sanitarias en el etiquetado de bebidas alcohólicas.

Se pretende que las cuestiones de salud tengan un enfoque educativo que facilite la toma de decisiones informadas sobre los productos, pero que no los penalice. Así como que se abogue por un entorno regulatorio estable y específico en el sector del vino ante los procesos de reforma europeos que tienden a debilitarlo.

Además, es importante que se le proteja ante el crecimiento e impulso de las renovables. Fundamentales en nuestra transición energética, pero cuyo crecimiento debe desarrollarse sin menosprecio del valor medioambiental y de fijación de la población que supone el sector vitivinícola, para el que se pide protección.

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