Bodegas Baldovar 923 ha lanzado al mercado un nuevo vino de Merseguera, que expresa la autenticidad del paisaje y los sabores del Alto Turia. Se trata del Arquela 2020, un blanco muy especial con el que la bodega de Alpuente se reafirma en su objetivo de “avanzar hacia la pureza en forma de vino”, según explica Nito Alegre, director de Baldovar 923.
Es un vino que procede de parcelas seleccionadas (Rambla de Arquela y Areniscas), donde los viñedos de Merseguera de más de 40 años, tienen la capacidad constante de proporcionar uvas de tamaño pequeño, concentradas, con una profundidad y perfil aromático.“Quisimos expresar estos suelos (areniscas silíceas y marnas calcáreas) en un nivel más alto de pureza, vinificándolas sin sulfitos añadidos, hasta el embotellado”, añade Francisco Bosco que junto con Andrés Vergara componen la parte enológica del proyecto. El no sulfitar ha permitido al Arquela 2020, “transmitir una mayor atmósfera de aromas y sabores, que llegan intactos hasta la botella. Además, al embotelladose realiza por gravedad sin filtración, para no romper la estructura de crianza del vino, y para evitar shocks térmicos.”
El resultado, “un vino con potencia, elegancia, equilibrio, salvaje e imprudentemente honesto,”, así define Nito Alegre, el nuevo Arquela 2020, cuya producción no supera las 1.000 botellas en esta primera añada y va destinada a la alta Hostelería.
Nota de cata:
Vino blanco mediterráneo valenciano.
De color dorado ligeramente pajizo con reflejos verdes en su juventud. Presenta a la apertura pequeñas burbujas perladas que se disipan rápidamente, esto evidencia que su crianza ha sido muy cuidada de preservar un nivel medio de carbónico disuelto para su protección natural hasta la botella. Recomendamos decantar en frío media hora antes de su consumo.
Nariz: Intensa y profunda con sucesivas atmósferas aromáticas. Durante el inicio de su fase olfativa atacan aromas de brioche tibio y mieles de bosque, entrelazados por notas de roble francés cremosas y dulces. Con la aireación aparece una definida nota de limón maduro acompañado por una sutil fragancia de plátano verde muy sutil, todas estas sensaciones están sostenidas por aromas de su garriga y margaritas.
Boca: Entrada original donde las texturas aterciopeladas, grasas arropan una intensa acidez que preconiza una capacidad de guarda larga en años. Su paladar medio resalta por sobre el ataque por su densa materia frutal y frescor arropado de sabores de sotobosque. Su final es largo, ágil, frutal y acidulado. Persiste la acidez arropada de un glicerol que da la ilusión de sucrosidad, sin ser goloso. Los aromas de la nariz vuelven aparecer en su retrogusto.