La XXI Feria Medieval y otras formas de viajar al pasado desde Lloret de Mar

  • Este evento, que da inicio a la Fiesta Mayor de Sant Romà, es la excusa perfecta para visitar la localidad de la Costa Brava y descubrir el legado de sus antepasados.

El próximo 12 y 13 de noviembre se llevará a cabo en Lloret de Mar la XXI Feria Medieval, como preámbulo a la Fiesta Mayor de Sant Romà. Durante dos días, la ciudad regresa a los tiempos medievales y su centro histórico se llena de cabañas, artesanos y mercaderes con una ambientación medieval. Además, se podrá disfrutar de espectáculos de circo, magia y música, así como de exhibiciones de oficios olvidados: hojalatero, picapedrero o soplador de vidrio, entre otros. Durante los días de la feria —que se celebra en el centro histórico, la iglesia de Sant Romà y el precioso Paseo Jacint Verdaguer flanqueado por palmeras—, también es posible adquirir productos naturales elaborados con métodos milenarios por los mejores artesanos. 

La Feria Medieval es el pretexto perfecto para descubrir la historia de Lloret de Mar a medida que se recorren sus calles y plazas. Desde lugares como la Iglesia de Sant Romà o el Castillo de Sant Joan hasta edificaciones como Can Font. Una casa-museo que aún conserva el patrimonio de aquellos navegantes lloretenses que se fueron a América a buscar fortuna y, al volver a su tierra, construyeron edificios modernistas que hoy en día siguen despertando el interés de los visitantes. 

Entrar a la Iglesia Parroquial de Sant Romà
Caminando por el centro histórico de Lloret de Mar se encuentra la iglesia de Sant Romà, patrón de Lloret de Mar y un ejemplo patrimonial que refleja dos épocas de construcción y arquitectura muy diferentes. Construida entre los años 1509 y 1522, tenía elementos de fortificación, como una puerta levadiza, y en sus orígenes se presume que era de una única nave. A su vez, combina dos estilos muy diferentes de arquitectura: la parte frontal hecha en el siglo XVI representa el gótico catalán mientras que los laterales sorprenden con la explosión de color de las cúpulas y el mosaico de los doce apóstoles inspirados en el arte del movimiento modernista de finales del siglo XIX. 

Una de las imágenes más icónicas de la iglesia y, en general, de Lloret de Mar, es la capilla del Santísimo, con su cúpula modernista decorada con tejas de cerámica vidriada de colores. La construcción y decoración de esta capilla fue costeada en exclusiva por uno de los ‘indianos’ más ricos del pueblo, Narcís Gelats. Habiendo levantado su imperio en Cuba, Narcís nunca regresó a su pueblo natal, pero envió el dinero necesario para sufragar la construcción de la capilla en el año 1916.

Hacer una visita guiada a Can Font
Construido en 1877 y que perteneció a Nicolau Font (indiano que hizo fortuna en Cuba), Can Font fue el edificio más alto del momento en Lloret de Mar. Se trata de la única casa-museo pública de estilo indiano que se conserva en Cataluña. La distribución de la casa —con un sótano, dos plantas y una buhardilla— gira alrededor de la escalera situada en el centro, que sirve de nexo de unión entre las dependencias de cada planta. La decoración interior destaca por su rico trabajo de artesanía, que consta de esgrafiados, frescos y acabados en yeso de techos y paredes; pavimentos de mosaico y materiales cerámicos; hierro forjado en barandillas y cancel; vidrieras emplomadas y marquetería. Todo combinado a la perfección para crear un estilo modernista único y sorprendente. Debido a que la casa cuenta con un espacio reducido, para poder visitarla es necesario tener reserva previa. Puede hacerse por teléfono o a través de la web www.patrimoni.lloret.cat.

Seguir el camino de ronda hasta el Castillo de Sant Joan
Los primeros documentos que se encontraron de la fortaleza se remontan a la época medieval, exactamente al año 1041 (siglo XI d.C.). Gracias a ellos, se sabe que su construcción fue motivada por la necesidad de defender el pueblo por mar y que, durante siglos, superó numerosas batallas e incluso un terremoto en el que afectó buena parte del territorio de Girona. Sin embargo, en la batalla de Trafalgar (1805), la armada británica bombardeó la torre, hecho que supuso la destrucción definitiva del recinto fortificado. Tras ello, el castillo de Sant Joan permaneció en desuso XIX y quedó reducido a un montón de ruinas. En 1965 se inició la recuperación de los restos del castillo original, pero no fue hasta 1983 que pudo reconstruir la torre, que en la actualidad puede visitarse. 

Situado en la cima de la montaña que separa las playas de Lloret de Mar y Fenals, ofrece espectaculares vistas panorámicas sobre los acantilados; un lugar ideal para disfrutar de los contrastes de color azul del cielo con el del mar y su entorno montañoso. Otro de sus atractivos es que puede llegarse hasta él siguiendo el camino de ronda que va hacia Blanes; entre el tramo que va desde el Museo del Mar hasta la playa de Fenals, de unos 40 minutos de duración. Se trata de un recorrido por los caminos y bosques de pinos y encinas que bordean la costa lloretense y que te permite disfrutar del paisaje natural de la línea de la Costa Brava. Este camino, utilizado antiguamente para la vigilancia ante ataques marítimos o contrabandistas, se puede recorrer en cualquier época del año.

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