Entrevista con Gema Amor, Presidenta de Alicante Gastronómica. “Alicante Gastronómica demuestra que la felicidad también se cocina”

El recinto ferial de IFA, en Elche, acogió del 3 al 6 de octubre la séptima edición de Alicante Gastronómica, un certamen que se ha consolidado como uno de los grandes referentes del panorama culinario nacional e internacional. Cuatro días de actividad frenética, con más de 260 expositores, más de 85.000 visitantes, un 18% más que el pasado año y una programación marcada por la calidad, la innovación y la apertura al mundo.

Conversamos con Gema Amor, presidenta de Alicante Gastronómica, que hace balance de una edición de récord y adelanta las líneas maestras del futuro de la feria.

P. Gema, ¿qué balance hace de esta séptima edición de Alicante Gastronómica?

R. El balance es extraordinariamente positivo. Con esas cifras, más de 85.000 visitantes y 260 expositores, podemos decir que ha sido la edición de la consolidación, de la madurez y de la excelencia. Este año hemos dado un paso más en calidad, en contenido y en ambición. Nos hemos propuesto mostrar al mundo gastronómico —y a toda la ciudadanía— lo mucho y muy bueno que ofrece la provincia de Alicante y, en general, la Comunitat Valenciana.

Hemos reunido a los mejores profesionales del sector y a un público entregado que ha participado activamente en todas las experiencias. Esa es la clave del éxito: una feria viva, abierta y participativa, donde conviven el aprendizaje, el disfrute y la conexión entre productores, cocineros y consumidores.

P. La feria ha crecido un 18% en asistencia respecto al año pasado. ¿A qué atribuye este aumento tan notable?

R. Creo que se debe a varios factores. Por un lado, hemos conseguido que la programación sea cada vez más completa, atractiva y variada. Por otro, el público ha entendido que Alicante Gastronómica no es una feria al uso: no se trata solo de venir a mirar o a degustar, sino de vivir la gastronomía con los cinco sentidos.

El visitante puede participar en talleres, catas, demostraciones, concursos, actuaciones musicales e incluso cocinar de la mano de grandes chefs. Esa implicación directa crea un vínculo muy especial.

Además, la afluencia ha sido constante durante los cuatro días, lo que demuestra que el público nos siente como una feria propia, como un espacio donde la gastronomía se celebra en comunidad.

P. Ha hablado de una feria participativa. ¿Cómo se equilibra ese componente experiencial con la vertiente profesional?

R. Ese equilibrio es precisamente una de las señas de identidad del certamen. Desde el principio hemos trabajado para que el profesional del sector y el ciudadano puedan convivir en el mismo espacio, compartir conocimiento y disfrutar juntos.

Alicante Gastronómica es aprendizaje, es negocio, pero también es diversión. Se cierran acuerdos comerciales, se descubren productos, se prueban sabores y se comparten experiencias. Queremos democratizar la gastronomía, hacerla accesible a todos, sin elitismos, porque todos somos parte de ella: desde el chef con estrella Michelin hasta quien disfruta cocinando en casa.

P. Este año hemos visto concursos de primer nivel, como el Premio Internacional de Alta Pastelería Paco Torreblanca o el Campeonato de España de Tortilla de Patatas. ¿Qué aportan estos certámenes a la feria?

R. Aportan excelencia, innovación y prestigio. Son el reflejo de lo mejor que tenemos en la gastronomía.

El Premio Paco Torreblanca, por ejemplo, ha recorrido seis países latinoamericanos en sus fases previas, con una participación espectacular. Y el jurado, encabezado por grandes nombres como Martín Berasategui, Jordi Roca u Oriol Balaguer, es un símbolo de calidad.

Por otro lado, el Campeonato de España de Tortilla de Patatas, que lleva el nombre de Rafael García Santos, rinde homenaje a una figura clave en la historia gastronómica española. García Santos fue un revolucionario, el impulsor de chefs como Ferran Adrià o Quique Dacosta, y recuperar su legado en Alicante Gastronómica es también una forma de reivindicar la historia y la evolución de nuestra cocina.

P. Este año Bolivia ha sido el país invitado y han participado también Portugal, Francia, Italia y China. ¿Qué significa para Alicante Gastronómica esta apertura internacional?

R. Es un paso natural y necesario. Desde hace tiempo estamos trabajando en alianzas internacionales y este año se ha consolidado esa línea. Contar con Bolivia como país invitado ha sido un honor, pero también lo ha sido tener presencia de empresas y entidades de China, Francia, Italia o Portugal.

Por ejemplo, la Asociación de Empresarios Chinos de España ha tenido un stand de 80 metros cuadrados; y en el ámbito del pan, el Club Ritz-Moll de Francia e Italia ha aportado una visión de altísimo nivel. Todo esto nos impulsa a seguir creciendo.

Ya estamos en conversaciones con otros países europeos y asiáticos para la próxima edición. Queremos que Alicante Gastronómica sea una referencia global, sin perder su raíz mediterránea.

P. Más allá del escaparate gastronómico, ¿qué objetivos se marcan de cara a la edición de 2026?

R. Queremos seguir mejorando, ofreciendo más contenidos y más oportunidades. La gastronomía es infinita, siempre hay algo nuevo que descubrir y compartir. Nuestro objetivo principal es dar visibilidad al talento local, a los productos y a los profesionales de nuestra tierra.

La Diputación de Alicante y la Generalitat han apoyado decididamente la feria, y desde la Cámara de Comercio seguimos facilitando ayudas para que las empresas puedan exponer sus productos. La feria tiene que servir para fortalecer el tejido empresarial y reconocer el trabajo de quienes mantienen viva la tradición y la innovación gastronómica en la provincia.

Estamos ya cerrando algunos proyectos que verán la luz en 2026, con la intención de ampliar espacios y acoger nuevos eventos paralelos que enriquezcan la experiencia de los visitantes.

P. Si tuviera que definir Alicante Gastronómica en una frase, ¿cuál sería?

R. Diría que es una feria donde todo es posible: donde aprendes, disfrutas, bailas, pruebas y compartes. Donde la gastronomía se convierte en un lenguaje común. Alicante Gastronómica demuestra que la felicidad también se cocina, y que cada edición es una oportunidad para recordarlo.

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