Miguel Mirones (ICTE): “La marca «S» certifica a empresas y destinos en su voluntad de cumplir los criterios de sostenibilidad”

Entrevista a Miguel Mirones, presidente del ICTE.

En el VI Congreso Internacional de Calidad y Sostenibilidad Turística del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) que se celebrará en Cartagena del 1 al 5 de junio “vamos a trabajar para seguir ayudando a las empresas turísticas; pero, además, el congreso va a ser muy transversal en los temas a tratar porque hemos querido abordar realidades y problemáticas en general del sector turístico”, nos dice Miguel Mirones, presidente del ICTE.

Este congreso supone la vuelta a la normalidad en la celebración de los congresos bianuales organizados por el ICTE, que se vieron interrumpidos, como tantos otros eventos, por la pandemia. Preguntado por la paulatina recuperación del sector, asegura «el proceso de recuperación del sector turístico se ha acelerado y en lo que se refiere a ocupación y a facturación podemos tener muy buenos números este año. En cuanto a las rentabilidades, hay que esperar, porque hay que ver, definitivamente, el impacto que tiene en las cuentas del sector turístico la subida de los costes energéticos, de los productos alimenticios y también los costes laborales derivados de la reforma laboral».

¿Cómo se están adaptando las empresas del sector turístico a los nuevos sistemas de calidad y sostenibilidad ante la nueva situación económica y social tras la pandemia?

Las empresas están saliendo de un periodo en el que han tenido que pasar de la supervivencia pura a la planificación para adaptarse a este nuevo escenario de recuperación.

La sostenibilidad, en este sentido, es mucho más que un objetivo comercial es una reivindicación de la sociedad, sobre todo de las nuevas generaciones, y el proceso al que se tienen que enfrentar las empresas turísticas pasa por ver cómo se pueden concretar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las empresas del sector.

El proceso de implantación para la marca “S” ha sido el mismo que venía certificando el ICTE con la marca “Q” en materia de calidad turística, pero en este caso con la sostenibilidad, dando respuesta a una demanda que se había manifestado desde todos los sectores y subsectores turísticos.

Ese es, precisamente, el trabajo que se ha hecho desde el ICTE, creando una norma, una especificación técnica que hace que las empresas puedan realizar ese análisis, implantando un sistema para poder acreditar su sostenibilidad social, económica y medioambiental y, finalmente, certificarse con la marca “S” si así lo decide, para que no sea una opinión subjetiva el hecho de que están en un proceso de sostenibilidad, sino que realmente se han verificado todos los items que se ha marcado para adaptar la empresa a ese modelo de sostenibilidad.

El proceso ha sido el mismo que venía certificando el ICTE con la marca “Q” en materia de calidad turística, pero en este caso con la sostenibilidad, dando respuesta a una demanda que se había manifestado desde todos los sectores y subsectores turísticos para realizar la implantación, porque llevamos mucho tiempo hablando de sostenibilidad en términos generales, pero nadie concretaba qué tenían que hacer exactamente las empresas de los diferentes subsectores turísticos. Eso es lo que en definitiva aporta esa especificación técnica que se ha hecho desde el ICTE; y la “S” aporta esa marca de garantía de que realmente se está cumpliendo.

¿Qué nos puede destacar de las propuestas y novedades que se van a presentar en el congreso?

El congreso va a ser muy transversal en los temas porque hemos querido abordar problemáticas en general del sector turístico. En primer lugar, hablaremos de cómo se ha logrado sortear la pandemia y por eso, en una de las mesas tratamos la economía de guerra, que es la que hemos aplicado las empresas en pandemia y ahora también, en la pospandemia, porque nos hemos visto inmersos en esta guerra que tenemos tan cercana en Ucrania y que está provocando un incremento en los costes energéticos y de los alimentos que crea cierta incertidumbre.

También hablaremos de las herramientas de financiación que han podido utilizar las empresas turísticas y las que podremos utilizar en un futuro. Desde esa realidad, vamos a abordar también las diferentes políticas de sostenibilidad y calidad que se están desarrollando en las comunidades autónomas en el ámbito turístico y, en concreto, en cuanto a calidad y sostenibilidad, tanto en la parte empresarial como en la parte pública.

Sería una pena que ocurriese como ya ha pasado algún año y es que ha habido empresas del sector turístico y del alojamiento y la restauración que no han podido estar plenamente operativas en todas sus instalaciones por falta de personal.

También hablaremos de la visión que del sector turístico tienen los medios de comunicación y la opinión pública y de cómo se ha resituado el sector en este periodo como uno de los grandes actores de la economía española. Y vamos a tratar de desgranar el futuro desde propuestas de cómo afrontar el liderazgo del sector turístico ante este futuro tan complicado.

Se habla mucho de la falta de profesionales cualificados y de la necesidad de capacitar a los recursos humanos del sector turístico, en general, y de la hotelería y la hostelería, en particular. ¿Hasta qué punto estamos necesitados de esta capacitación profesional y qué pueden hacer las administraciones en este sentido? ¿Hay algún tipo de colaboración del ICTE con ellas para ofrecer formación?

El ICTE en este terreno hace muchos años que viene ofreciendo formación, pero sobre todo el Instituto de Calidad Turística Española es un lugar de reunión de las patronales de todo el sector turístico y de las administraciones públicas, y ya se ha puesto de manifiesto en más de una ocasión esta realidad, que es que en muchísimos territorios de España faltan profesionales para el sector turístico, sabemos que también pasa en otros sectores porque lo estamos viendo. Pero en el sector turístico no solo faltan profesionales, digamos de base, porque también faltan mandos intermedios y también falta personal de dirección para algunos destinos concretos. No todos los destinos tienen el mismo comportamiento y, a lo mejor en destinos urbanos la realidad es una y en destinos rurales, pues es otra muy diferente.

Desde las patronales se ha puesto de manifiesto este problema y la disposición del sector a dar cursos de formación acelerada para incorporar personal cualificado. Claro, la decisión final de hacerlo o no les corresponde a las administraciones competentes y, algo tendremos que analizar porque cuando se dan unas cifras de paro elevadas y luego estamos viendo las dificultades de encontrar gente para trabajar, algo pasa, quien tiene las competencias de afrontar esta situación desde los diferentes ámbitos tendrá que valorar la toma de algunas decisiones.

Sería una pena que ocurriese como ha ocurrido ya algún año y es que ha habido empresas del sector turístico y del alojamiento y la restauración que no han podido estar plenamente operativas todas sus instalaciones por falta de personal. Eso ha ocurrido en muchos lugares de España y claro, es una pena tener realizadas unas inversiones para generar puestos de trabajo y que luego no se puedan poner en marcha por falta de personal.

El proceso de recuperación del sector turístico se ha acelerado y en lo que se refiere a ocupación y a facturación podemos tener muy buenos números este año. En cuanto a las rentabilidades, hay que esperar, porque hay que ver, definitivamente, el impacto que tiene en las cuentas del sector turístico la subida de los costes energéticos, de los productos alimenticios y también los costes laborales derivados de la reforma laboral.

 ¿Qué perspectivas tiene la industria turística española para la temporada de verano? ¿Son optimistas?

Las expectativas son buenas para este verano. La Semana Santa ha sido una muy buena Semana Santa con cifras en muchos sitios superiores a las de 2019, y en general, parece que la temporada alta de este año apunta a que las cifras de 2019 se superarán o se igualarán en muchos lugares.

En ese sentido, parece, si todo sigue como apunta hasta la fecha, que el proceso de recuperación del sector turístico se ha acelerado y en lo que se refiere a ocupación y a facturación podemos tener muy buenos números. En cuanto a las rentabilidades. hay que esperar, porque hay que ver, definitivamente, el impacto que tiene en las cuentas del sector turístico la subida de los costes energéticos, de los productos alimenticios y también los costes laborales derivados de la reforma laboral y el encarecimiento de los contratos temporales porque en la empresa turística la temporalidad es una realidad.

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