Estamos empezando con la campaña de los cítricos y, como cada año, nos enfrentamos a las incertidumbres que supone colocar nuestros productos en Europa, en tiempo y forma. Nuestros clientes europeos saben que los cítricos españoles son de una calidad excepcional, pero además de ello, buscan un suministro seguro y respetuoso con el medioambiente. Dicho de otra forma, o cumplimos con los plazos de entrega y bajo los estándares de sostenibilidad que nos exigen, o se buscarán otros proveedores.
Y aquí es donde el Corredor Mediterráneo juega un papel determinante. Que dicha infraestructura es una necesidad para la economía española en general, y para la de la Comunidad Valenciana en particular, es por todos conocido y compartido. Pero pese a ello, aún no es una realidad. Es de recibo reconocer que se producen avances, y que el conjunto de los tramos del Corredor están en marcha, pero o se pisa a fondo el acelerador, o esta no será la última campaña de cítricos sin el Corredor Mediterráneo, y ese es un lujo que no nos podemos permitir.
El Ministerio de Hacienda ha publicado recientemente el informe que recoge la distribución territorial de la inversión del Sector Público Estatal en 2021.
En dicho informe oficial, durante el pasado ejercicio 2021 había prevista una inversión por parte de ADIF Alta Velocidad para el Corredor Mediterráneo, en las Comunidades que recorre, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia en conjunto de 1.025,602 Millones de €, y según dicho informe solo se ejecutaron 53,388 Millones de €, el 14,96%, lo que demuestra la voluntad política de nuestro Gobierno.
Los reiterados incumplimientos en los plazos de ejecución del Corredor Mediterráneo, por los sucesivos gobiernos de España desde hace más de una década, hacen que, una vez más, seamos escépticos a que, lo que se nos ha prometido, se cumpla. El último anuncio que se realizó en el acto empresarial del Movimiento #QuieroCorredor en Madrid, en noviembre de 2021, fue que en 2024 tendríamos conectado desde Murcia a la Frontera Francesa, y que en 2026 tendríamos lo propio desde Almería. Pero al ritmo al que vamos, tenemos serias dudas de que dichos plazos se cumplan, y si se producen nuevos incumplimientos, la sociedad civil, con el sector agroalimentario a la cabeza, seguiremos mostrando nuestro desacuerdo.
La agricultura y toda la cadena de valor del sector agroalimentario siempre ha sido un sector estratégico, pero los cierres de fronteras que se produjeron con la pandemia, por un lado, y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, por el otro, nos ha hecho ser mucho más conscientes de ello.
Por ello, por la cantidad de familias que viven de dicha industria y porque nuestra economía siempre ha avanzado gracias a las exportaciones (y al turismo), debemos seguir exigiendo de forma contundente la finalización del Corredor Mediterráneo, porque de lo contrario nuestra economía sufrirá aún más y ello redundará en más desempleo.
El país está perdiendo una oportunidad histórica de reforzar su recuperación económica a corto plazo, que asegure el desarrollo futuro y la creación de empleo de calidad, así como dar un decidido impulso a una estrategia de desarrollo sostenible, sí nuestros representantes públicos no apoyan seriamente, de una vez por todas, la ejecución sin demora del Corredor Mediterráneo.
Desde aquí queremos hacer una llamada a nuestros responsables públicos en general, y a los que dirigen el Ministerio de Fomento en particular, para que pongan toda la carne en el asador y ésta sea la última campaña de cítricos en la que no tengamos el Corredor Mediterráneo. Si así fuese, será una gran noticia, no solo por la competitividad que generará para nuestra economía, sino porque por primera vez en mucho tiempo, nuestros políticos habrán cumplido con su palabra. Por todo ello, empresarios y sociedad civil debemos seguir aunando esfuerzos y gritar “#QuieroCorredor”, como tenemos previsto hacer en el Acto Empresarial por el Corredor Mediterráneo el próximo 17 de noviembre en Barcelona