En la imagen, el perito naval Francesco Balbi (Sicilia, 1966) al frente de la Terminal de Cruceros de Alicante desde 2014.
La empresa que explota la terminal de cruceros del Puerto de Alicante, Costablanca Portuaria SL, acaba de declararse en concurso de acreedores ante la falta absoluta de ingresos dada la nula actividad turística que ha registrado la estación marítima a lo largo del último año, según publica el diario digital Alicante Plaza. La firma, que sigue pagando las tasas portuarias pese al descuento del 40% que se negoció en 2020 con motivo de la pandemia, no ha recibido ningún buque turístico desde la única escala que llegó en 2020, justo antes del confinamiento. De ahí que toda su plantilla se encuentre acogida a un ERTE.
La propia firma ha pedido la declaración de concurso voluntario, que se tramita en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante, según el edicto publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El juez ha declarado el concurso del tipo abreviado, una fórmula que permite acortar los trámites cuando el procedimiento no reviste especial complejidad: es decir, cuando hay pocos acreedores o un pasivo no especialmente significativo, como sucede en este caso. El principal acreedor, de hecho, sería la Autoridad Portuaria.
La mercantil cuenta con un activo de cerca de un millón de euros en forma de inmovilizado material e inversiones financieras, pero los resultados negativos de años anteriores han tensionado su balance antes incluso de que la pandemia redujese a cero el número de escalas en Alicante. La firma es propiedad de dos accionistas canarios especializados en la explotación de terminales y de la alicantina Inversiones Portuarias Alicántara.
Fuentes consultadas indicaron que la solicitud del concurso habría resultado necesaria como procedimiento normal para superar la actual situación de inactividad. De hecho, la terminal se encuentra cerrada, sin uso, pese a que la compañía mantiene la confianza en que pueda restablecerse el tráfico de cruceros antes de que concluya el primer semestre de este año, en función de cuál sea la evolución de la crisis sanitaria del coronavirus y del avance del proceso de vacunación en el conjunto de la Unión Europea. Así, se maneja el cálculo de que pueda reequilibrar sus balances en cuanto se produzcan las primeras escalas.
La compañía ya trabaja, de hecho, en la planificación de una adaptación de las instalaciones de la terminal para ajustarse a los nuevos protocolos sanitarios en prevención de contagios. Costa Blanca Portuaria logró la concesión de la terminal en 2014 por un periodo de 20 años con posibilidad de prórroga por otros cuatro. Hasta el momento, ha cubierto los siete primeros años de explotación.