¡¡¡Taxiiiiii!!!

Jorge Marichal, presidente de CEHAT y de Ashotel.
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La historia de uno de nuestros principales aeropuertos de Tenerife, el del Sur, empieza a ser bastante cansina. Primero, cuando agentes económicos, sociales y políticos de toda la isla tuvimos que reivindicar en una cumbre en otoño de 2021 las inversiones que se merecía una infraestructura de primer nivel como esta, abandonada durante décadas en los presupuestos estatales y que es la séptima de toda la red de AENA en volumen de pasajeros. Meses después, cuando parece que se encamina el proyecto de nueva terminal, nos enfrentamos a varios déficits de organización, desde el control de pasaportes para extracomunitarios, en especial para los procedentes de Reino Unido, nuestro principal mercado emisor, hasta las largas colas para coger un taxi.

Esta semana hemos reclamado públicamente −y no es la primera vez que lo hacemos− una solución urgente para el caos operativo que se produce en ciertos momentos en una infraestructura de interés insular y regional. Y precisamente por eso, hemos dicho desde Ashotel que nuestros aeropuertos deben ser realmente un área sensible, igual que nuestros puertos, no solo en el papel.

Creemos que no debe haber restricciones a las licencias de taxi en esta infraestructura y que si un vehículo que no sea de Granadilla desea cubrir un servicio de salida del aeropuerto hacia otro punto de la isla pueda hacerlo sin esa reserva específica para los taxis del municipio donde se ubica Tenerife Sur, como si de un privilegio se tratara. No olvidemos que esta infraestructura se costea con impuestos de todos los españoles, no solo de quienes residen en Granadilla.

Sin embargo, esta declaración de área sensible no se ha traducido, en modo alguno, en soluciones a las colas que padecen turistas y residentes y, en general, usuarios del aeropuerto Tenerife Sur. Cuando desde el Cabildo de Tenerife se afirma que «la declaración de área sensible permite actuar en caso de que se declare que no hay capacidad suficiente», nuestras preguntas son claras y sencillas: ¿Quién declara esa falta de capacidad? ¿Cuándo se declara la falta de capacidad, cuando los turistas llevan más de una hora en la cola? ¿La declaran los taxistas de Granadilla? ¿La declara el Cabildo por medio de quién?

Recordemos que en verano, además, tenemos un alto porcentaje de turistas de edad avanzada, que tras cuatro o cinco horas de avión, deben esperar otro tanto por un taxi, tras superar antes la cola del pasaporte.

Está claro que la indeterminación a la hora de proponer normas para no disgustar a algún colectivo implicado tiene, como consecuencia, que el problema, lejos de solucionarse, se agrave.

Además, el hecho de que los taxis que no sean de Granadilla dejen a los clientes en el aeropuerto y se vuelvan vacíos o al revés, que recojan pasaje en el aeropuerto, los dejen en sus hoteles y no puedan coger clientes de nuevo en ese punto va justamente en contra de lo que propugna Europa para la descarbonización del sector del transporte. Ser más eficientes y llevar solo pasajeros en uno solo de los dos trayectos posibles es un contrasentido, no solo por la contaminación que genera, sino porque obliga a que circulen dos taxis cuando con uno sería suficiente.

En ese sentido, desde Ashotel, además de denunciar la situación, queremos contribuir a resolverla con un conjunto de indicadores claros y medibles que sean los que activen el permiso de entrada de taxis de otras zonas turísticas de Tenerife. Si bien creemos en la capacidad de autorregulación del sector para establecer estos indicadores, planteamos, en primer lugar, en el caso de que no exista, el establecimiento de una figura que actúe como coordinador del flujo de taxis en el aeropuerto; una figura que reciba o contraste esa información y que, respetada por todos, sea la que autorice la entrada de taxis cuando se den esos requisitos. De este modo, se permitirá la entrada de taxis de otros municipios turísticos de la isla, que esperarán en una zona habilitada a tal fin en el aeropuerto, cuando el número de personas esperando en cola en la parada de taxis del aeropuerto sea superior a 30. Asimismo, podrán operar en los tramos horarios de mayor concentración de vuelos en los días mayor afluencia; en los días de mayor llegada de vuelos; o cuando el número de licencias operativas en Granadilla (por bajas, por vacaciones, etc.) de sus titulares caigan por debajo de X número.

En definitiva, Tenerife Sur y cualquier otro aeropuerto de Canarias no puede seguir dando esta imagen pésima como principal puerta de entrada, tanto para quienes nos visitan como para nuestros propios residentes. Nos merecemos una instalación del siglo XXI acorde al destino que somos.

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