Jorge Marichal es presidente de CEHAT y de Ashotel.
Hace semanas que el sector hotelero español ha venido reclamando medidas especiales por parte del Gobierno, con el fin de poder hacer frente a esta situación excepcional de manera satisfactoria. Es cierto que se han tomado algunas medidas que ayudan, pero la mayoría de ellas solo si eres pequeño o autónomo. Parece que el virus no afecta a las empresas grandes… Dejémonos de hipocresías y de detalles de cara a la galería. El virus nos afecta a todos y cuanto más grandes sean las empresas, más grandes son los problemas. Me explico.
Ya cometimos el error en la anterior crisis de regalar a precio de risa la gran mayoría de los activos inmobiliarios del país a los fondos buitre. En aquel momento se decidió ayudar a la banca, que a su vez colabora estrechamente con estos fondos, como se demostró años después. Esos fondos aún permanecen en empresas mixtas, revendiéndonos a precio de mercado la parte que compraron en aquel entonces a precio de ganga.
Si nos hubiese dado tiempo habríamos mantenido dichos activos, pero era más fácil y apropiado salvar a los bancos con la excusa de salvar a los pequeños ahorradores. La situación de la banca en estos momentos no tiene nada que ver con la de aquella época y, por tanto, no hay excusa para no arropar al sector hotelero en un momento tan difícil.
Veo ahora que se va a cometer el mismo error. Si no se toman medidas pronto este país dejará otra parte importantísima de su economía en manos de esos fondos. Sí, así de claro. Perderemos la titularidad de gran parte de la mejor industria que tiene este país, que en su mayoría está en manos de familias españolas: el turismo. Somos líderes mundiales en este sector, lo hacemos de fábula y nuestras grandes empresas son un orgullo para todos, empresas a las que ahora se abandona. Mucho presumir y tirar de la Marca País y luego para esto no somos España.
No volvamos a repetir ese gran error. Apoyemos a las empresas, a todas, mediante mecanismos muy rápidos y que no necesitan financiación por parte del Estado. ¡¡¡Se puede hacer gratis!!! Habilitemos un mecanismo para que las operaciones financieras de refinanciación tengan una carencia automática por plazo de 12 meses y ampliemos de igual forma el plazo de dichas operaciones en esos 12 meses al final del citado periodo. De esta forma, las empresas seguirán pagando intereses, pero no se desangrarán dando bajas de capital mientras sus ingresos son nulos. Exoneremos de tributación todas estas operaciones y apliquemos aranceles mínimos por parte de registros y notarías. Todos tenemos que apoyar.
Esta es una situación coyuntural y esta medida no debe tomarse en cuenta para el cálculo de las provisiones bancarias ante el regulador. De esta forma, las entidades financieras podrán hacer frente a la situación sin ningún estrés. Seamos valientes, seamos hábiles, seamos sensatos y no dejemos a los buitres el esfuerzo de tantos años.