El turismo, motor de una nueva realidad

Emiliano García es concejal de Turismo en el Ayuntamiento de València.

En estos días son muchas las imágenes que nos han sumido en la más profunda tristeza. Calles y plazas vacías, privadas de la creatividad y el dinamismo de su gente. Comercios, restaurantes y bares cerrados, que han dejado de ofrecer aquello que mejor saben: hospitalidad , cercanía, tradición y cultura. Una ciudad que sabemos viva por aquellos que deben mantenerse en primera línea, y por el latido de miles corazones que, queriendo ayudar, se quedan en casa.

València no para. Y son muchos los colectivos que están respondiendo a esta crisis desde la más profunda generosidad. Así lo ha hecho también el sector turístico: ha sido el primer sector industrial que se vio abocado al cierre al estallar la crisis del Covid y posiblemente será el último en volver a abrir sus puertas. Los y las profesionales han sido un ejemplo de solidaridad, responsabilidad y sacrificio. Sacrificio al asumir las duras medidas adoptadas para frenar esta crisis y el correspondiente impacto en la vida de las personas que conforman este sector. Con solidaridad, y desde aquí un aplauso, por la colaboración y respuesta a las distintas necesidades surgidas. Primero, atendiendo a los mas desfavorecidos y ofreciendo su infraestructura a personas en cuarentena, para alojar a trabajadores sanitarios o adaptándose para convertirse en espacios de atención médica. Y por supuesto, llegado el momento, dispuestos a retomar su actividad con ilusión desde la responsabilidad que asumen con las personas que trabajan en este sector.

La Organización Mundial del Turismo reclama la recuperación turística desde la unidad. Pero debemos ir más allá. El momento de la unidad es ahora: unidad también para resistir.

Es el momento de tomar las medidas necesarias para que este destino no solo sea atractivo y accesible, también incuestionablemente seguro. La confianza, junto con la calidad, son la base del turismo, lo han sido siempre, nuestros pilares, y no estamos dispuestos a renunciar a ellas. Y, no debemos olvidar que esta coyuntura inédita nos va a llevar un nuevo paradigma, una nueva forma de funcionar y de entender el turismo que garantice el bienestar de nuestros visitantes y que se ajusten a sus nuevas necesidades, haciendo evolucionar, de esta manera, la calidad de nuestro destino en este nuevo escenario mas sostenible.

Nadie cuestiona que el turismo es uno de los sectores más afectados por esta crisis, por los puestos de trabajo vinculados, pero también por el impacto en la autoestima de la ciudad: nuestra cultura, nuestra gastronomía, nuestro patrimonio, nuestra música. Todos los sectores están esperando el momento de volver para hacer felices a nuestros visitantes y volver a ser motor de creación de empleo de calidad.

El turismo siempre ha sido fuente de riqueza, de inspiración, de experiencias, de desarrollo de ciudades y sociedades. Y eso no debe cambiar. El turismo debe ser fuente de recuperación, de progreso, de construcción de una nueva realidad. El turismo siempre ha sido la máxima expresión de lo colectivo, y desde el propio colectivo se ha construido. Por ello, en esta situación inédita deberemos construir una repuesta conjunta, desde el liderazgo de las empresas, las instituciones y la participación ciudadana, en la recuperación de un modelo basado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental.

No cabe duda que debemos gestionar la incertidumbre con transparencia, corresponsabilidad, lealtad y solidaridad. La ética es una herramienta clave, la única válida para superar esta crisis sin dejar a nadie atrás.

El Ayuntamiento de València ha puesto de manifiesto estos días su rasgo más esencial, su razón de ser: su naturaleza de servicio de las personas. Son muchas las medidas tomadas para mitigar el impacto, cobertura económica, sanitaria, social… Y desde el Consistorio no se ignora el momento en que nuestros turistas puedan de nuevo disfrutar de una Ciudad plural y de la hospitalidad de sus gentes.

También tenemos el foco puesto en ese momento, y trabajamos para la recuperación de la actividad turística en cuanto la situación nos lo permita. El momento en que las redes sociales vuelvan a ser ventana de una València vibrante, en el que los mejores prescriptores muestren aquello que nos sigue haciendo únicos, singulares, vanguardistas y mediterráneos. Volveremos a decirle al sector turístico que València es un aliado que nunca decepciona. Y volveremos a ser los mejores embajadores de la ilusión y las ganas de disfrutar.

Y desde la unidad a la que me refería anteriormente saldremos a decirle al mundo que València les está esperando. Que los héroes de esta crisis son bienvenidos. Que los días en casa, que el esfuerzo realizado, van a ser compensados con nuevas experiencias de la mano de un sector convencido que vale la pena seguir luchando.

Las calles vacías nos han sumido en una profunda tristeza, pero una tristeza que en realidad esconde esperanza, porque estamos en casa para volver a las calles.

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