El Observatorio Nacional del Turismo Emisor, en colaboración con Gran Meliá Hotels & Resorts e Iberia, han presentado esta mañana el estudio «El viajero de lujo en España. Hábitos de comportamiento, necesidades y tendencias de futuro”.
Se trata del primer informe monográfico llevado a cabo por ObservaTUR que analiza las pautas de actuación del turista de lujo nacional. En la investigación han participado un millar de viajeros de estatus alto y medio alto y una selección de las principales agencias de viajes especializadas en este segmento (Atlantida Viatges, Bestours Viajes, B the travel brand, Ferrer & Saret, Nuba Expediciones, Presstour, Utópica Travel, Grupo Viajabien), que en conjunto suman cada año la organización de miles de viajes encaminados a este grupo selecto de clientes.
En el acto de presentación han intervenido Marcos Franco, del Observatorio Nacional del Turismo Emisor; Francisca Mérida, Senior Business Development Director de Meliá Hotels International, y Guillermo González Vallina, Director de Ventas España para Iberia y British Airways.
Según las conclusiones del estudio, el segmento de los viajes de lujo está en crecimiento, siendo muy dinámico y resistiendo bien los episodios cíclicos de crisis. En este segmento se prevén importantes cambios de cara al futuro, principalmente por causas generacionales.
Los profesionales de las agencias que han intervenido en su elaboración piensan que no todos los clientes entienden el lujo del mismo modo. Si bien hay un amplio consenso para diferenciar este tipo de público, que básicamente dividen en: viajeros de lujo propiamente, consumidores habituales del segmento, siendo el lujo su territorio natural y viajeros ‘premium’, que serían fundamentalmente ocasionales.
Daguerrotipo del turista de lujo nacional según las agencias
Entre los rasgos que caracterizarían a este segmento figurarían, entre otros, los siguientes:
Recurren a una agencia para sus desplazamientos internacionales y grandes viajes, buscando un servicio asesor de viajes.
Buscan la máxima personalización, comodidad y evitan cualquier riesgo que puedan generarles una incidencia o contratiempo.
Valoran los servicios 24/7.
La diferenciación y exclusividad son claves para alcanzar sus expectativas.
Poseen un gran conocimiento de los destinos que desean visitar.
Les gusta implicarse en el diseño de sus viajes. Buscan dejar su impronta, su sello personal.
Exigen inmediatez y máximo cuidado en los detalles.
Huyen de los destinos masificados (no renuncian a su visita con otras fórmulas).
Franja de edad mayoritaria comprendida entre los 40 y los 65 años.
Se trata de un colectivo que huye de la ostentación. El cliente de lujo no busca refrendar su estatus.
Efectúan entre 2 y 3 viajes al año; los viajes especiales en fechas señaladas o acontecimientos singulares suelen ser motivo de un viaje de lujo.
Predominan los desplazamientos en pareja.
El cliente de lujo gasta un promedio de 5.000 euros por persona en cada viaje, si bien muchas agencias, marcan 6.000€ la cantidad mínima para ser considerado un viaje de lujo.
Alojamiento y transporte tienen que ser una extensión del modo de vida de estos clientes; priman el cuidado de los detalles, la distinción y la calidad en el servicio prestado.
Esperan amabilidad en el trato, pero huyen del servilismo.
Otras conclusiones derivadas del primer informe monográfico de ObservaTUR es que las agencias de viaje especializadas estudian minuciosamente a cada cliente, y tienen una firme vocación de atención y servicio. En consonancia a este hecho, las agencias de viajes especializadas en este público otorgan una gran importancia a los proveedores.
A la hora de volar, las marcas que más valoran este segmento de clientes son las europeas y las de origen asiático. En cuestión de alojamiento, por su parte, priman las grandes cadenas hoteleras de lujo, aunque también aprecian los establecimientos boutique.
El destino con mayor proyección internacional para este grupo de personas sería Japón, seguido de las Maldivas y los países del este de África.
El turista de lujo nacional: la visión de los viajeros
Los viajeros, por su parte, dentro de esa distinción que se establecía entre viajeros de lujo y ‘premium’ incorporan una tercera categoría en este segmento, que metodológicamente se ha denominado con el término inglés ‘upscale’.
Así las cosas, según los encuestados en el estudio, un 50 por ciento de ellos considera que habría hecho un viaje de lujo, en su mayoría para celebrar un acontecimiento especial. Teniendo en consideración este apunte, lo más habitual –dicen– habría sido realizar 2-3 viajes de este tipo. El gasto medio declarado en estos viajes sería de 3.891 euros, llegando a 11.792 euros por persona y viaje en la categoría de lujo.
En esta misma dirección, los viajeros asocian una docena de atributos al viaje de lujo, que agrupan en tres apartados: privilegio, disfrute y lejanía.
Más en concreto, los componentes que asocian a este tipo de viajes serían la exclusividad, la personalización, la lejanía del destino y las compras “especiales”. No obstante, la característica más valorada por los viajeros es la garantía de seguridad del viaje.
Descubrimiento del destino y sus gentes, así como anhelos vinculados con matices emocionales son las principales motivaciones. Viajeros y agencias coinciden en señalar, por último, que estos viajes han de hacerse de forma diferenciada, fuera de los circuitos con mayor demanda turística.
Entre las tendencias de futuro, el estudio «El viajero de lujo en España. Hábitos de comportamiento, necesidades y tendencias de futuro” señala cinco grandes tendencias para los próximos años: el auge del ‘slow travel’, la consolidación de los viajes de ‘autor’ y el interés que está comenzando a despertar el ‘glamping’. Los viajes vinculados al medio natural y el entorno (deporte, aventura…) y los viajes de crecimiento personal (espirituales o solidarios) van ganando igualmente presencia en este segmento.