Hay que acelerar el cambio cultural para favorecer el espíritu emprendedor en las empresas y en la sociedad. Este cambio requiere tiempo, no se realiza de un día para otro, y exige la implicación de empresas, administraciones y de todo el sistema educativo y de formación desde las etapas más tempranas. Además, se deben promover ecosistemas con los diferentes actores que intervienen en el emprendimiento, compartir el conocimiento, colaborar y apostar por modelos de gestión que favorezcan la autonomía de los equipos para que aflore el talento latente en todas las empresas y en la sociedad.
Estas son algunas de las conclusiones del documento “Avanzando hacia una sociedad más emprendedora: El papel de los empresarios” que recoge el trabajo del Taller de Emprendimiento que la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y la Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones (Étnor) han desarrollado en el primer semestre del año.
El Taller AVE-Étnor de Emprendimiento ha analizado el emprendimiento desde tres ámbitos: el de las personas, el del entorno y el de las herramientas. En ello han participado personalidades del ámbito empresarial y académico, como Margarita Albors (Socialnest); Antón Costas (CES España); Adriana Domínguez (Grupo Adolfo Domínguez); Enrique García (Florida Universitaria); Javier Jiménez (Lanzadera); Eugenio de Miguel (Aquaservice); Andrés Pedreño (Torre Juana OST) y José María Peiró (UV). Junto a ellos, más de una a veintena de empresarios, académicos y profesionales, han analizado las variables que hacen a unas sociedades y unos territorios más emprendedores que otros.
Según ha explicado Miguel Juan, socio director de S2 Grupo, en la presentación, el emprendimiento “no es exclusivo de los entornos de start up’s, incubadoras de empresas y fondos de inversión. Es una actitud que toda organización debe fomentar y facilitar, es el medio por el que la innovación se lleva a la práctica y por el que se asegura el éxito de las empresas”.
En su exposición de conclusiones, Jesús Conill, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universitat de València, ha destacado el dinamismo e innovación de las empresas que, “incluso en los peores años de la pandemia, han ejercido un gran liderazgo social”. Asimismo, subraya que el compromiso e implicación de las empresas es fundamental para la transformación social e intergeneracional. “Es imposible que las sociedades sean justas y decentes sin la cooperación y el compromiso de las empresas, en tanto que parte decisiva de la sociedad civil”, asegura y considera que se debe propiciar un cambio cultural que convierta al empresario emprendedor en uno “uno de los personajes de nuestra época”. Jesús Conill ha destacado la capacidad de gestionar la incertidumbre y el riesgo como característica de una actitud emprendedora y la mayor percepción de miedo al fracaso de los jóvenes españoles en comparación con los de otras sociedades.
Informe GEM
Los profesores José María Gómez Gras e Ignacio Mira, de la Universidad Miguel Hernández, han presentado un adelanto de los principales indicadores en la Comunidad Valenciana, relacionados con el documento, del Global Entreperneurship Monitor (GEM), el observatorio internacional del fenómeno emprendedor. Según sus datos, la mitad de la población de la Comunidad Valenciana se considera capaz de poner en marcha una iniciativa emprendedora y el 30% percibe que hay oportunidades para hacerlo. Sin embargo, el miedo al fracaso sería un limitante en algo más del 50%. Según estos mismos datos, en la Comunidad Valenciana se emprende en sectores de consumo y de servicios, mayoritariamente. La edad media con que se inicia una iniciativa es de unos 42 años y quienes lo hacen cuentan con cierta experiencia previa. Entre sus motivaciones más frecuentes se encuentran labrarse un futuro profesional propio y aportar a la sociedad y manifiestan, además, una creciente preocupación por contribuir a fines sociales.
El reto de emprender
La jornada ha contado con una mesa redonda moderada por Beatriz Jacoste, directora de KMZERO Innovation Hub, y la participación de tres emprendedores de distintos ámbitos y sectores que han debatido sobre las conclusiones presentadas desde sus propias experiencias. Así, José Burgos, fundador y CEO de Fresh People, apunta que las culturas acaban creándose en función de qué se premia y qué se penaliza en la organización. En su opinión, “si creamos una cultura empresarial en la que hay miedo al fracaso, se penaliza el error y no se permite la creatividad, no tiene sentido hablar de emprendimiento”. Por su parte, Nuria Marchante, fundadora y directora de Pampa Interiors, destaca “el apoyo y el impulso” para emprender que recibió de su entorno familiar y profesional. El miedo a emprender existe, confirma, pero la ilusión puede con cualquier miedo”, concluye. Lucía Sánchez, fundadora y CEO de Digital Gastronomimic ha destacado el papel de la educación a la hora de generar vocaciones empresariales, “hay muchos niños con muchas ideas y muchas ganas de hacer cosas, pero a la hora de la verdad les frena el no saber”, apunta. En su opinión, es importante que desde las te enseñen a tener confianza en ti mismo, a defender tus ideas, hablar en público, además de temas legales, burocráticos, fiscales y demás”, ha subrayado. En esta línea, “ser emprendedor es una actitud que se puede aprender trabajando la confianza en uno mismo, ha concluido Beatriz Jacoste, además ha añadido que “todos, la familia, los entornos educativos, las empresas y las instituciones tenemos la responsabilidad y el poder de crear una sociedad emprendedora”.
Liderazgo amable
En su ponencia “Emprendiendo desde la empresa”, Adriana Domínguez, presidenta ejecutiva de Grupo Adolfo Domínguez, y participante en una de las mesas de diálogo del Taller de Emprendimiento, ha puesto de relieve la importancia de la cultura de empresa para fomentar el emprendimiento interno. La transformación, asegura, la realizan las personas, y “muchas estrategias muy buenas fracasan por las personas”. Adriana Domínguez, desde su experiencia de transformación en la empresa que preside y que tiene su origen en 1950, apuesta por un “liderazgo amable” que prime la cooperación y la empatía. Creatividad, excelencia y amabilidad son los valores de la empresa hoy.
Reconocimiento social de la empresa
“Estamos convencidos de que las sociedades que más avanzan son aquellas en las que hay más y mejores empresarios”, ha asegurado, Agnès Noguera, consejera delegada de Libertas 7, en el cierre de la presentación. Noguera, ha puesto de relieve las dificultades y renuncias que supone ser empresario porque no todo vale para serlo, “el empresario debe ser ético y ejemplar”. Ha concluido reivindicando el reconocimiento social de la aportación de la empresa a la construcción de la sociedad, agilidad administrativa y reducción burocrática y una fiscalidad razonable para las empresas.