- Antonio Caño, presidente de las agencias de viajes de Córdoba, afirma que solo han abierto sus puertas 18 de las 105 que hay en la provincia.
- El 95% de los clientes que se van de vacaciones opta por la Costa del Sol y el alojamiento rural.
El sector alerta de que su actividad ha caído en picado a causa de la pandemia de coronavirus y no atisba una solución a esta situación mientras que sus clientes potenciales no recuperen la confianza en los destinos y no exista una vacuna para combatir el covid-19. Así lo explican las empresas consultadas y también el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Córdoba y vicepresidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes, Antonio Caño, quien lamenta que la semana la demanda no llegaba al 15% de lo registrado en el 2019.
Consultado por la campaña de verano, aclara que «no se ha llegado a vender», dado que los españoles no suelen reservar sus viajes con demasiada antelación y este año los meses previos han estado marcados por el estado de alarma decretado para frenar la pandemia y la incertidumbre en cuanto a las restricciones a la movilidad o la aparición de nuevos focos de contagios.
En este sentido, el presidente del colectivo califica las ventas como «nefastas» y adelanta que «la previsión es que este año, a 31 de agosto, no se llegue ni al 25% de la venta que se hizo el año anterior, que estaba en la media de otros años», recordando que «en verano vendemos el 80% del ejercicio». Por tanto, estima que se puede producir «un 85% o 90% de caída de la ventas totales para las agencias de viajes y, por ende, para las compañías aéreas, plazas hoteleras, guías turísticos y restaurantes».
Antonio Caño subraya que en Semana Santa se cancelaron el 100% de los viajes contratados, lo mismo ocurrió con las reservas de clientes de empresa para los meses de abril y mayo, «y por supuesto para el mayo cordobés. Los que más han sufrido han sido los receptivos, los guías, restarantes y hoteles. Todas las reservas de mayo se cancelaron», asegura.
Con este escenario, en la actualidad se encuentran abiertas entre 15 y 18 agencias de las 105 que operan en la provincia, de acuerdo con una encuesta realizada por la asociación. El presidente explica que solo un 5% se dedica a «vender Córdoba» y el resto se orienta a la emisión de viajeros a otros destinos, y alude a las diferentes limitaciones que encuentran en su actividad. Desde las restricciones impuestas en la reapertura de los hoteles y los transportes, al cierre de fronteras con algunos países.
En esta línea, recuerda que durante el verano el continente americano es un «cliente objetivo», pero el impacto de la pandemia en aquellos países está siendo destacado, por lo que «ni recibimos ni emitimos viajeros». «Algunos clientes que visitan Córdoba en estas fechas son de América del Norte y del Sur», precisa Caño, aclarando que viajan a Madrid y desde allí realizan excursiones a lugares como Toledo, Segovia o Andalucía, donde se decantan por Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada.
Consultado por la demanda actual, el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes hace hincapié en que «el turismo vive de la confianza», por lo que, dada la situación de crisis sanitaria, «la gente pregunta y reserva con seguro de cancelación total, lo que incrementa los gastos bastante, por persona están en torno a 150 o 180 euros en un viaje de 1.000 euros». Así, afirma la Costa del Sol y los alojamientos rurales son las opciones preferidas por el 95% de los clientes que reservan sus vacaciones en estos días.
Hasta el momento, ya han cerrado sus puertas de forma definitiva dos agencias cordobesas y, de acuerdo con un sondeo realizado hace un mes por la asociación, podría desaparecer el 5% del total.
A la espera de bonos y campañas
El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Córdoba y vicepresidente de la confederación española que engloba al sector, Antonio Caño, apunta tres medidas para incentivar la actividad ante la caída en picado de la demanda. La primera es el impulso de bonos (descuentos) vacacionales para que los clientes los consuman en las agencias de viajes y sean gastados en los establecimientos andaluces, pero tras haberlo consultado con el Gobierno central y con el Ejecutivo autonómico, que anunció la medida hace meses citando como ejemplo a Italia, Caño afirma que «eso está parado».
En segundo lugar, señala que las agencias están recurriendo al telemárketing, las llamadas telefónicas a los clientes, para invitarles a que contraten sus vacaciones con ellas. En este sentido, asegura que «se están buscando todos los medios posibles» en la captación de negocio, dado que «estamos acostumbrados a pasar crisis, pero no como esta».
Así, insiste en que «turismo es sinónimo de confianza y seguridad», y recuerda que «desde la confederación reclamábamos que en cuanto se pudiera se hicieran campañas para ir concienciando a la gente de la confianza en los destinos. En aquellos que tengan niveles de seguridad sanitaria suficientes, ponerlas en marcha y que el miedo del turista vaya desapareciendo», explica.
En otro orden de cosas, Antonio Caño coincide con la opinión manifestada por otros profesionales y lamenta que «las compañías aéreas están castigando a las agencias con los bonos a los clientes. La ley de viaje combinado nos obliga a devolver el dinero si el cliente insiste y nos estamos quedando sin liquidez. Es una circunstancia que está agravando bastante la propia situación en la que estamos», asegura.