José Frasquet es presidente de la Federación de Campings de la Comunidad Valenciana.
Como buenos luchadores, nos levantaremos y volveremos a hacer felices a las miles de personas que escogen nuestros establecimientos para disfrutar de unas vacaciones en plena naturaleza, optando por un turismo que promociona una forma saludable de entender el ocio, el descanso y, sin duda, todo un estilo de vida.
El COVID-19 ha marcado para los empresarios y la ciudadanía un punto de inflexión en nuestras vidas que nos sitúa en un nuevo escenario sin referencias históricas.
Hace unas semanas nadie hubiese imaginado que hoy estaríamos combatiendo con fuerza una crisis sanitaria que de inmediato ha derivado en una crisis social y económica de envergadura. Una circunstancia que está provocando mucho sufrimiento colectivo en todos los ámbitos, y también en el sector empresarial, con emprendedores al frente que día a día están levantando las persianas para sacar adelante su negocio y que ahora se han visto obligados a echar el cierre y a tomar medidas drásticas con sus trabajadores.
Cuando todo esto pase, que pasará, nuestra sociedad amanecerá de manera distinta y deberíamos intentar que amanezca mejor. La crisis del coronavirus nos cambiará, y con ella habremos emprendido una importante tarea de aprendizaje, porque estos azotes también sirven para discernir lo trascendente de lo accesorio, y lo esencial de lo superficial, como diría la filósofa Adela Cortina.
El durísimo episodio de la pandemia hará diferente nuestra forma de relacionarnos, de compartir, de trabajar y de viajar. Y, con toda probabilidad, también habrá una transformación en la manera de entender el turismo, lo que representa un importante reto para el conjunto del sector.
Es, más que nunca, momento de alianzas. Ahora debemos preparar, de manera conjunta, contando con todos los actores que conforman nuestro ecosistema y con las distintas administraciones públicas, una buena posición de salida que nos permita provocar sinergias para escapar unidos de la crisis y así poder reconstruirnos con la mayor brevedad posible.
Es el momento de superar el miedo. La actual situación está provocando en el sector y en el mundo del camping un mar de incertidumbres que, sin duda, con trabajo duro, constante y perseverante iremos resolviendo.
Siempre desde el optimismo que nos ha caracterizado. Siempre desde el dinamismo, la innovación, la creatividad y la capacidad de adaptación a los cambios.
Nuestro principal tesoro y la herramienta que nos ayudará a recuperarnos es el potencial turístico y sus múltiples ventajas competitivas, entre ellas nuestra hospitalidad y la confianza de nuestros clientes. Aprovechémoslo y creamos, como siempre lo hemos hecho, en todas nuestras posibilidades.
Como buenos luchadores, nos levantaremos y volveremos a hacer felices a las miles de personas que escogen nuestros establecimientos para disfrutar de unas vacaciones en plena naturaleza, optando por un turismo que promociona una forma saludable de entender el ocio, el descanso y, sin duda, todo un estilo de vida.
El sector del camping es un sector con alma. El presidente de la Drucker Society, Xavier Marcet, habla del alma de las empresas como ese intangible que hace que las situaciones cotidianas de las empresas tengan sentido y que las adversidades se resuelvan por una cadena de complicidades e inspiraciones que no pueden ser planificadas. Decía también que el alma de las empresas se encuentra más cerca de la humildad que de la arrogancia y tiene que ver con un propósito, un porqué, que va más allá de una cuenta de resultados. Ahora, nuestro porqué, nuestro propósito, ha de ir encaminado hacia la reactivación inmediata, apelando siempre a la ética y a la responsabilidad individual y colectiva.
Juntos lo conseguiremos.
