Cerraremos el año con mejores resultados que 2018, que ya fue un ejercicio excepcional. Prevemos un crecimiento del 2,4% en cuanto al gasto turístico, que rondará los 92.000 millones de euros, mientras que el flujo turístico aumentará un 0,7% hasta los 83,4 millones de visitantes internacionales. Se trata de datos muy positivos pese a incertidumbres como el Brexit, la quiebra de Thomas Cook o la desaceleración económica mundial, y especialmente de Alemania, que es nuestro segundo mercado emisor. El incremento del gasto turístico refuerza la apuesta del Gobierno por una mayor rentabilidad del sector turístico español y la diversificación de mercados emisores.
Y, en esta coyuntura tan positiva, ¿qué actuaciones están realizando para potenciar aún más el turismo en nuestro país?
Nuestro objetivo es aumentar la rentabilidad del sector turístico español, tener mayor calidad en el destino y reforzar la promoción de una oferta turística más variada, en la que el turismo experiencial, el de negocios, el de naturaleza o el rural son cada vez más demandados. Para ello, trabajamos en nuevos perfiles de turistas y en la diversificación de los mercados emisores, con el foco puesto especialmente en países lejanos como Estados Unidos, Japón o China, que ya están registrando grandes crecimientos.
Como decía, estamos potenciando la diversificación de producto, poniendo en valor lo que nos diferencia: gastronomía, cultura, patrimonio, naturaleza, congresos, etc. Nuestra estrategia está dando ya sus frutos, y en mercados como el británico hemos notado que están viniendo turistas que corresponden a segmentos distintos al puramente vacacional. Todas estas acciones nos ayudan a lograr un turismo más desestacionalizado, sostenible, rentable y competitivo.
¿Cómo encara España esta estrategia de desestacionalización y segmentación que comenta?
España es líder mundial en turismo vacacional, pero también contamos con una excelente y variada oferta que permite atraer visitantes durante todo el año. Estamos diversificando nuestra propuesta de valor con productos que extienden el hecho turístico más allá de la costa y de las grandes ciudades, como son el turismo de interior, el enogastronómico o el ecoturismo.
¿Qué nuevas tendencias apunta el turismo español en cuanto a sostenibilidad y nuevas tecnologías?
La sostenibilidad no es solo un imperativo moral, es una necesidad que el Gobierno ha asumido como prioridad. De ahí que hayamos incorporado este valor como pilar fundamental de la Estrategia de Turismo 2030, que nos proponemos desarrollar en esta legislatura. Pero ya están dándose pasos tanto desde las instituciones públicas como desde el sector privado.
En la World Travel Market de Londres celebramos una jornada con el título “La sostenibilidad como fundamento de la Estrategia Turística de España”, y también el sector turístico español ha participado en la COP25. En cuanto a las nuevas tecnologías, desempeñan un papel clave en la transformación del sector turístico y en la mejora de su rentabilidad. En este campo, estamos desarrollando la metodología de Destino Turístico Inteligente y hemos creado la Red de DTI que suma ya más de cien miembros, entre destinos turísticos, colaboradores e instituciones.
¿Qué papel juega el turismo español en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas?
España debe mantener su posición como líder mundial en este sector e instrumentarla para contribuir desde el turismo a construir una sociedad mejor, más próspera, igualitaria e inclusiva, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Es hora de dejar de medir el éxito del modelo turístico español exclusivamente por el aumento del número de turistas. Se debe ir más allá y atender a la sostenibilidad del modelo, no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también desde el punto de vista económico y social.
Al mismo tiempo, este crecimiento sostenible debe superar los problemas que le acechan como, por ejemplo, la pérdida de identidad de los destinos, la saturación de los espacios, la contaminación ambiental, o la distribución desigual de los beneficios que acompaña al crecimiento turístico actual.
El Ministerio está inmerso en la transformación de nuestro modelo turístico, apoyado en la mejora de la capacidad competitiva y rentabilidad de la industria, en los valores naturales y culturales diferenciales de los destinos, y en la distribución equitativa de los beneficios y las cargas del turismo. Es un sector estratégico, pero también debe ser una herramienta de cohesión social y territorial, de desarrollo económico y de fijación de población, y en ello estamos trabajando.
