En el corazón de Benidorm, donde el turismo parece marcar cada ritmo, hay un grupo hotelero que ha decidido ir más allá para que los vecinos sientan que los establecimientos también son suyos y se conviertan en punto de encuentro de la comunidad. Climia Hotels, nacido del esfuerzo de una familia emprendedora, ha sabido reinventarse sin perder su esencia: abrir sus puertas no solo al turista, sino también al residente. En sus restaurantes se mezclan idiomas, culturas y generaciones. Y en sus recepciones, un robot inteligente da la bienvenida con la misma calidez que el personal de toda la vida, pero teniendo claro que la innovación está para servir a las personas y no para sustituirlas. Conversamos con Carlos Pamblanco, Director de Restauración del Grupo Passaplats – Climia Hotels, para conocer cómo se construye un hotel con alma local en plena era digital.
¿Cómo nace Climia Hotels y cuál es el espíritu que ha guiado su evolución hasta hoy?
Climia Hotels es el resultado de una historia que empezó hace ya 70 años, en 1954, cuando Juan Fuster Llorca y Antonia Llorca Ivorra, abrieron una pequeña tienda en la Plaça de la Creu de Benidorm. Aquel negocio era mucho más que un comercio: era un lugar de encuentro con los vecinos, un espacio donde la hospitalidad se vivía de manera natural, casi como un reflejo de la vida mediterránea. Ese espíritu de cercanía y servicio fue la semilla que con el tiempo llevó a abrir el primer hotel de la familia Fuster, en los inicios del turismo en Benidorm.
Desde entonces, cada generación ha aportado su visión y su esfuerzo, pero siempre con un denominador común: poner a las personas en el centro. Hemos pasado de aquel primer hotel a gestionar actualmente tres establecimientos en Benidorm —Climia Belroy, Climia Benidorm Plaza y Climia 2Sleep Apartments— con cerca de mil camas, además de nuevos proyectos innovadores como L’Unic en Sagunto. Pero, pese al crecimiento, lo que nos ha guiado siempre es la idea de que cada cliente debe sentirse como en casa, acogido, escuchado y cuidado.
Hoy, bajo el nombre Climia Hotels, seguimos manteniendo intacto ese espíritu que nos acompaña desde nuestros orígenes. “Climia” no es solo una marca, es una declaración de intenciones: queremos transmitir el clima único de Benidorm —su luz, su diversidad, su libertad—, y convertirlo en una experiencia tangible para todos nuestros huéspedes. El espíritu que nos ha guiado ayer y hoy es el mismo: una hospitalidad cercana, mediterránea y familiar, combinada con la innovación y la calidad que nos exige el presente.
¿Qué significa para usted formar parte de una empresa familiar en un mundo tan competitivo como el del turismo?
Es un orgullo. Significa mantener viva esa herencia de abuelos y padres, y al mismo tiempo tener la libertad de decidir con el corazón, cuidando más de las relaciones que de las cifras. La familia está presente en cada detalle y eso lo sienten tanto los clientes como los empleados.
En los últimos años, Climia Hotels hecho un gran esfuerzo por abrir sus hoteles al público local. ¿Cómo surgió esta iniciativa?
Fue una decisión muy natural. Siempre hemos querido que nuestros hoteles no fueran solo espacios para turistas, sino también lugares donde los vecinos pudieran disfrutar, compartir y sentirse parte de nuestra casa.
¿Qué impacto ha tenido esta estrategia en la relación entre los hoteles y la comunidad de Benidorm y alrededores?
Ha sido muy positivo. Hoy vemos cómo nuestros restaurantes, terrazas y actividades se han convertido en puntos de encuentro para familias, amigos y empresas locales. Eso ha reforzado la conexión emocional entre Climia y la comunidad.
¿Fue difícil cambiar la percepción de los hoteles como espacios solo para turistas?
Al principio sí, porque culturalmente se veía así. Pero poco a poco, con propuestas atractivas y una comunicación cercana, logramos que los vecinos descubrieran que nuestros espacios también son suyos. Hoy podemos decir que hemos derribado esa barrera.
Restaurantes como UMAI o L’Abadía se han convertido en referentes gastronómicos para el público local. ¿Qué papel juega la restauración en su estrategia de marca?
La gastronomía es clave. No entendemos un hotel sin buena cocina. Nuestros restaurantes son embajadores de la experiencia Climia: un lugar donde se respira calidad, innovación y calidez.
¿Cómo eligen el tipo de oferta gastronómica que integran en sus hoteles? ¿Hay una búsqueda consciente de atraer al residente local?
Sí, siempre. Pensamos en propuestas que combinen calidad y autenticidad, que sorprendan al turista pero que también conquisten al residente. Nos encanta que la gente de Benidorm diga: “vamos a cenar al restaurante japonés UMAI, en el hotel Climia Belroy ” como quien elige cualquier restaurante de la ciudad.
Climia Hotels ha apostado también por la tecnología, con robots inteligentes que interactúan con los clientes. ¿Qué objetivos persiguen con esta innovación?
Nuestro objetivo es mejorar la experiencia del huésped. La tecnología no sustituye la calidez humana, sino que nos ayuda a optimizar procesos y ofrecer un servicio más ágil y sorprendente.
¿Cómo ha respondido el público —tanto local como turista— a la presencia de estos asistentes inteligentes?
Con mucha curiosidad y simpatía. Para muchos clientes, sobre todo las familias con niños, los robots se han convertido en una atracción más. Y al mismo tiempo, ayudan en tareas prácticas, lo cual mejora la estancia.
¿Creen que la tecnología debe ser parte integral del hotel del futuro o hay un límite que no conviene cruzar?
La tecnología debe estar, pero con equilibrio. Para nosotros lo más importante sigue siendo la calidez humana. La innovación no puede reemplazar la sonrisa de un recepcionista ni la hospitalidad mediterránea que queremos transmitir.
¿Cómo equilibran la innovación tecnológica con el espíritu familiar y mediterráneo que los caracteriza?
Nos guiamos por una premisa muy clara: la tecnología debe servir a las personas, no sustituirlas. Todo lo que implementamos tiene como objetivo dar más tiempo y energía a nuestro equipo para estar cerca de los clientes.
¿Qué planes de futuro tienen para seguir reforzando el vínculo con la comunidad local?
Queremos seguir abriendo nuestros espacios a la ciudad, ampliar nuestra oferta cultural y gastronómica, y colaborar con asociaciones y entidades locales. Benidorm nos ha dado todo, y nuestro compromiso es devolverle siempre lo mejor de nosotros.

