David Rico, director Caixabank Hotels & Tourism: “El modelo de distribución tendrá que reinventarse“

¿Qué papel desempeña Caixabank Hotels & Tourism?

Nació hace unos años como una apuesta de especialización hacia el sector turístico, que en creación de empleo o riqueza representa el 15% en el país, aunque en Benidorm y otras ciudades de la Comunidad Valenciana sea aún mayor. Queremos hablar el lenguaje de los clientes hoteleros y darles un servicio especializado. También adaptamos el menú de productos y servicios del banco al ámbito turístico en materia de pagos, de seguros, de bienes y servicios. Tenemos ofertas específicas para el sector hotelero.

En el año 2018 hubo 1.400 millones de viajeros internacionales y se espera que en 2030 se alcancen los 1.800 millones. Muchos de esos turistas vendrán a España. Puede haber guerras comerciales, brexits, etc, pero las cifras del turismo son sanas y lo van a seguir siendo.

¿Cómo puede afectar la quiebra de Thomas Cook al modelo turístico o a la comercialización en especial en esta zona?

El modelo de distribución tendrá que reinventarse, pero la buena noticia es que el turista inglés, el alemán, querrán seguir viajando y los hoteleros recibirles. Eso es lo fundamental. Las líneas aéreas y resto de turoperadores reorganizarán el mercado al igual que ha ocurrido en quiebras anteriores.

El sector turístico casi siempre está en época de incertidumbre por uno u otro motivo. ¿Se está preparando para lo que pueda venir?

La historia en los últimos 70 años no ha sido un camino de rosas y tampoco lo será ahora. Pero los estudios e informes apuntan a que el turismo a nivel global seguirá creciendo con cifras muy sanas. El año 2018 hubo 1.400 millones de viajeros internacionales y se espera que en 2030 se alcancen los 1.800 millones. Muchos de esos turistas vendrán a España. Puede haber guerras comerciales, brexits, etc, pero las cifras del turismo son sanas y lo van a seguir siendo.

Por lo tanto todo apunta a que el sector seguirá funcionando razonablemente bien, ¿no?

Hablo a medio largo plazo. Siempre hay temas puntuales que pueden tener un impacto. Lo de Thomas Cook puede llevar a replantearse el mercado de la distribución. Las disputas comerciales pueden llevar a una caída del turista americano o chino. Pero todo eso ya ha pasado a lo largo de la historia. Insisto, esos 1.800 millones que se esperan a nivel mundial en 2030, una gran parte de ellos se moverán por Europa y ahí, España está muy bien posicionada.

En los últimos tiempos han aparecido nuevos actores en el sector como fondos de inversión, socimis… ¿Dónde prefieren invertir? ¿Puede ello llevar a cambios importantes?

Históricamente estos grandes inversores han puesto su dinero en hoteles urbanos, pero hace unos años descubrieron la bonanza del mercado turístico español; el sol y playa. Su radar ha cambiado del tradicional Madrid y Barcelona urbano hacia el sol y playa. De ahí que ahora se escuche tanto el interés de estos inversores en el mercado turístico. Esto es una tendencia inevitable. En la medida que el sol y playa siga funcionando bien, los números saldrán y estos inversores continuarán. Creo que es algo que ha venido para quedarse.

¿A qué hay que atender más, a la calidad del turista o a la cantidad?

Sin duda a la calidad y el gasto por turista. Es un discurso que hace años tratamos de cambiar. ¿De qué sirven cien millones de turistas si eso genera problemas en las comunidades? Es mejor tener un número controlado, que gaste más, que esté repartido en los destinos y haya un mejor empleo en los destinos.

¿Cómo valora la proyección turística de Benidorm, la Comunidad Valenciana, Valencia? ¿Qué retos tienen por delante?

La Comunidad ha aprendido de la anterior crisis que no se puede enfocar todo al turismo nacional porque estaríamos sometidos a los vaivenes de la economía española. El gran reto es diversificar el riesgo abriéndose a otros mercados. Y ahí aparece el otro gran reto; la conectividad. Hay que mejorarla, como la distribución en nuevos mercados europeos para evitar depender del mercado nacional. Otros destinos como la Costa del Sol, Baleares o Canarias notaron menos la crisis global de hace unos años por tener diversificado al turista.

¿Cómo se hace para que funcione la colaboración público privada?

Hay ejemplos como Benidorm o Málaga. Son destinos reposicionados debido a ello. El sector hotelero, el inversor, está dispuesto a poner dinero, pero necesita facilidades en la tramitación urbanística, licencias, etc. Ahí es donde el sector público debe crear un ambiente propicio y fácil de entender para las inversiones. El dinero ya vendrá.

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