¿Qué es el turismo sostenible?
Construir un modelo turístico que tenga en cuenta los recursos naturales, infraestructuras, etc. Que todos los recursos que necesitamos sean perdurables en el tiempo. Es decir, que cuando pensemos en cómo ofrecer un destino turístico, lo hagamos pensando que esa oferta necesita recursos no solo hoy sino también dentro de diez o quince años.
¿Y cómo se consigue?
Con políticas más eficientes en la gestión de recursos como el agua, las infraestructuras. En Benidorm y su comarca, por ejemplo, lo más importante son las playas, los recursos hídricos o las infraestructuras. Es imprescindible que perduren en el tiempo y para ello hay que ser más eficiente en la gestión de los mismos y más respetuosos con el medio ambiente en el que convivimos.
¿Cuál es el objetivo de la ‘Guía para un turismo sostenible’ que ha elaborado la Red Española de Desarrollo Sostenible?
Que aquellos destinos o servicios turísticos que quieren ser sostenibles tengan una herramienta para poder serlo. La guía da una serie de acciones y ayuda a saber por dónde empezar. Y también ayuda a medir para saber dentro de un año si se ha avanzado en aquellas medidas que se han adoptado como puedan ser la mejora del empleo en el sector turístico, el ahorro de agua, la incorporación de las mujeres. Eso se puede medir con datos objetivos y transparentes.
Hay tres grandes tipos de mentalidad en este asunto. Por un lado, el que se lo cree y se pone manos a la obra. Por otro, los que lo niegan y miran hacia otro lado. Y un tercer tipo que son los distractores, que aunque lo aceptan, no quiere que vayamos tan deprisa.
El reto, por tanto, es la Agenda 2030.
Efectivamente. Conocer cómo el sector turístico, uno de los sectores económicos más importantes del mundo, contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Si comparamos los 17 ODS nos encontraremos con que todos tienen relación directa con el turismo. Desde la calidad del empleo, los conflictos y la paz, la igualdad de género, la mejora de los océanos, el horro energético, el agua potable. Todos están relacionados con el turismo. Si el sector cumple, será más fácil conseguir el objetivo marcado en la Agenda 2030.
¿En qué situación se encuentran los destinos españoles en general?
Los datos dicen que el sector turístico genera beneficios económicos y empleo, pero también tiene retos para ser más sostenibles. Por ejemplo, reducir las emisiones. Es uno de los sectores que genera más emisiones de CO2. El uso energético del agua, por ejemplo, o la mejora de la calidad en el empleo. ¿Cuántas veces hemos visto la precariedad laboral de las trabajadoras de limpieza de los hoteles? Pues ese es uno de los objetivos concretos de la Agenda 2030.
¿El papel de la REDS es el de evaluar lo realizado o guiar el camino a seguir?
Las dos cosas, pero más bien lo segundo. Nacimos para concienciar y para dar herramientas para aquellos que quieren empezar a cumplir con los ODS. Somos una red que conecta conciencia, pero también soluciones innovadoras y métricas para medir el impacto.
¿Cuánto tiene que ver la inteligencia turística con la sostenibilidad?
Todo. Es inteligente ser sostenible. Es una apuesta por mejorar resultados. Aquellas empresas o destinos que apuestan por ello logran mejores resultados. Es legítimo el interés de obtener beneficios económicos, pero eso también está conectado y relacionado con los beneficios sociales.
Benidorm ya está certificado como Destino Turístico Inteligente, el primero en el mundo que lo ha logrado. ¿Puede y debe ser esta ciudad un referente en esta materia?
Sin duda. No es casual que Benidorm haya albergado el congreso de ciudades inteligentes, que haya sido uno de los primeros en adherirse a la Red de Desarrollo Sostenible. Ser pionero en este ámbito es ser el mejor en la competitividad de los destinos turísticos. Ese es el camino. Y sirve para dar a conocer la ciudad y desterrar estereotipos que se puedan tener. Cuando se conoce que Benidorm es mucho más eficiente que otros destinos en la gestión del agua o de los residuos urbanos, eso es darle a los turistas una buena propaganda. Es un acierto total.
¿Ha calado la mentalidad de que la sostenibilidad es el futuro y que no hay otro camino?
Está cambiando radicalmente en positivo. La evidencia es científica y no es opinable. No es algo de partidos o ideologías. Cada vez la conciencia ciudadana es mayor y también lo es en sectores donde no era habitual. En el sector privado las empresas lideran esta Agenda 2030. Y también lo hacen los municipios. Soy optimista porque somos mucho más conscientes que ayer que el desarrollo económico y el bienestar social necesita tener en cuenta que los recursos son limitados.
Sin embargo, siguen existiendo los negacionistas.
Sin duda. Hay tres grandes tipos de mentalidad en este asunto. Por un lado, el que se lo cree y se pone manos a la obra. Por otro, los que lo niegan y miran hacia otro lado. Y un tercer tipo que son los distractores, que aunque lo aceptan, no quiere que vayamos tan deprisa. Y en este caso, el factor tiempo es fundamental. A pesar de todo, la partida la vamos ganando cada vez más los que sabemos que no hay otra salida. Incluso en países donde sus mandatarios no creen aún en este compromiso, se encuentran respuestas contundentes que llegan de empresas, municipios o adversarios políticos y sociales. Seguro que vamos a ganar.