A pesar de su tamaño relativamente pequeño, Puerto Rico está compuesto por 78 municipios, divididos a su vez en seis regiones: cada una con una personalidad e identidad únicas, que se manifiestan a través de la cocina local, las actividades culturales y las atracciones turísticas, entre otros. Discover Puerto Rico invita a descubrir la auténtica esencia isleña de cada una de las regiones que la integran.
Región norte: paisajes y acantilados de infarto
La región norteña de Puerto Rico, también conocida como “Porta Atlántico”, consta de nueve pueblos: Arecibo, Barceloneta, Camuy, Dorado, Hatillo, Manatí, Toa Alta, Vega Alta y Vega Baja.
La diversidad de sus paisajes de piedra caliza hace que este escenario sea único en el mundo. Por si fuera poco, es el hogar de dos de las atracciones más impresionantes de la isla: las Cuevas de Camuy, uno de los sistemas de cuevas subterráneas más grandes del mundo, y Mar Chiquita, una hermosa playa perteneciente al pueblo de Manatí (a menos de una hora de San Juan), ganadora del “Travel Influencer Award”.
Región este: una belleza natural deslumbrante
El este de la isla, o “Porta Antillas”, está compuesto por 15 pueblos, dos islas pequeñas y un bosque tropical legendario. Esta región acoge tres de los más codiciados tesoros naturales de Puerto Rico: El Yunque, el único bosque tropical en el Servicio Forestal Nacional de los Estados Unidos, las preciosas islas de Vieques y Culebra y un lugar de visita obligada para los amantes de la naturaleza, Bahía Mosquito, declarada oficialmente como la bahía bioluminiscente más brillante del mundo.
Región oeste: la meca de los surfistas
Hogar de algunos de los mejores atardeceres de Puerto Rico, tal como su propio apodo de “Porta Del Sol” indica, el oeste es la capital indiscutible del surf. Esta región se extiende desde Isabela hasta Guánica, por lo que cuenta con cientos de kilómetros de costa. De hecho, aquí se encuentran algunas de las mejores playas de la isla.
Surfistas de todas partes acuden a Rincón para montar las olas en playas icónicas como Playa Marías y Domes. Aquellos que prefieran quedarse en tierra firme, pueden visitar el Faro de Los Morrillos, las Salinas o La Playuela.
Región sur: el secreto de la eterna juventud
El sur de Puerto Rico, conocido como “Porta Caribe”, está compuesto por 11 pueblos: Ponce, Coamo, Salinas, Arroyo, Guayama, Guayanilla, Juana Díaz, Patillas, Peñuelas, Santa Isabel y Villalba. Esta región es el lugar turístico por excelencia para entusiastas del aire libre, la cultura y la aventura. Cuenta con riquezas históricas, como el Museo de Arte de Ponce o el Castillo Serrallés; además de joyas naturales, como la famosa Playa Pelícano de Ponce, ubicada en una reserva natural accesible únicamente en bote desde la ciudad.
Otra visita de interés en la región sur son las aguas termales de Coamo, cuya leyenda dice que son la fuente de la juventud que Juan Ponce de León —el primer gobernador de la isla— buscó durante su exploración del Nuevo Mundo.
Región metro: lo mejor de Puerto Rico sin salir de la capital
El área metropolitana hace referencia a los siete pueblos que conforman el centro urbano de Puerto Rico, como son San Juan, Cataño, Toa Baja, Trujillo Alto, Bayamón, Guaynabo y Carolina. El Viejo San Juan es como un museo de historia viva, basta con pasear por sus calles adoquinadas.
Pero esta región ofrece mucho más. Por ejemplo, el centro comercial más grande del Caribe en Plaza Las Américas o la destilería Casa Bacardí, en Cataño.
Región centro: el lado más salvaje de Puerto Rico
Quienes prefieren la montaña a la playa tienen una cita en la Cordillera Central, la región montañosa en el corazón de Puerto Rico, que se extiende de este a oeste a través de 15 municipios.
Esta región depara aventuras tales como deslizarse por una de las tirolinas más largas del mundo en Toro Verde Nature Adventure Park, en Orocovis, o recorrer las cuevas por el río Tanamá.
Otro plan más tranquilo, pensado especialmente para los sibaritas, es hacer un recorrido por las instalaciones de la Hacienda Tres Ángeles, donde degustar un delicioso café local acompañado de unas vistas inolvidables a la montaña.