Senderismo, aventura, exploración, e incluso momentos de relax… son algunas de las actividades que se pueden realizar este otoño en la Región de Jungfrau, en pleno corazón de los Alpes. Con Interlaken, la Capital Europea de la Aventura, como punto de referencia, la región cuenta con una amplia infraestructura de ferrocarriles, teleféricos y remontes que facilitan la subida a más de 3.000 metros de altitud.
En otoño los Alpes Suizos muestran una de sus estampas más coloridas: el verde de los pastos y el blanco impoluto de la nieve de los picos, se funden con los tonos cobrizos que adquiere la vegetación. Ante esta nueva época del año, más fría que el verano, pero igual de dinámica para los visitantes, surgen multitud de planes para disfrutar de la naturaleza alpina.
En concreto la Región de Jungfrau, una de las más bellas de Suiza, cuenta con poblaciones como Interlaken, situada entre los lagos Thun y Brienz, o Grindelwald, a la sombra del Eiger, que ofrecen actividades para todos los públicos y gustos. En el caso de Interlaken, designada Capital Europea de la Aventura, hablamos de un entorno perfectamente comunicado, repleto de opciones deportivas y de ocio. Todo esto con las facilidades que proporciona Jungfrau Railways, la empresa de transporte líder en la región gracias a los más de cuarenta y cinco ferrocarriles de montaña, teleféricos aéreos, telesillas y remontes que se distribuyen por todo el territorio.
A continuación, puedes encontrar siete planes perfectos para disfrutar del otoño en la Región de Jungfrau:
1. Subir a Jungfraujoch – Top of Europe, la estación de tren más alta de Europa
Subir al auténtico techo de Europa no es algo que se haga todos los días, menos aún en apenas una hora y cómodamente gracias al Eiger Express, el telecabina más moderno del mundo. Una vez en la estación, el aire helado de los Alpes acaricia la cara de los visitantes y la nieve cruje bajo sus pies, todo esto ante una vista inolvidable: a un lado la meseta suiza en su camino a los Vosgos, al otro el glaciar Aletsch, bordeado por algunos de los picos más altos de Europa. Una experiencia a más de 3.400 metros sobre el nivel del mar que merece la pena experimentar.
2. Cruzar los lagos de Brienz y Thun en kayak
Navegar en kayak por los lagos del Oberland bernés es una de las experiencias deportivas más imponentes que se pueden vivir. Remar apenas requiere esfuerzo en este entorno natural de montaña que en otoño cuenta con una belleza muy particular. El lago Thun posee un intenso color turquesa que se ve coloreado por las hojas amarillentas que flotan en su superficie con el fin de la época estival. Por otro lado, el lago de Brienz atrae a los visitantes con sus aguas cristalinas y las impresionantes montañas que lo rodean, como si de una muralla se tratase. Vistos desde el agua, los cinco castillos de las orillas del lago se pueden apreciar desde una perspectiva totalmente diferente. Existe la posibilidad de disfrutar de una excursión guiada de medio día o de un día entero en compañía de un monitor de kayak experimentado.
3. Las mejores vistas “entre-lagos”
Una de las vistas más impresionantes de la región se encuentra en la montaña Harder Kulm, a la que puede accederse fácilmente a través de un funicular desde Interlaken. Las vistas tienen como protagonistas a los lagos de Thun, a la derecha, y de Brienz, a la izquierda, y, entre ellos, a la hermosa Interlaken justo delante del triunvirato alpino compuesto por las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau. En la base de la montaña, el funicular de Jungfrau Railways eleva a los visitantes desde Interlaken hasta un mirador con una pasarela que ofrece unas vistas vertiginosas. El mirador también posee un restaurante panorámico en el que se puede disfrutar de una de las mejores fondues de la zona.
4. Atravesar el Cañón del Glaciar Grindelwald
Las paredes de roca de 300 metros de altura del desfiladero dan testimonio de la majestuosidad de la que otrora presumió el glaciar inferior de Grindelwald. Por desgracia, este glaciar ya no existe, pero el desfiladero sirve de recuerdo y no es menos espectacular ofreciendo, con una imponente pasarela que se adentra en su interior, una sensación única. El agua que desciende hacia el río Lütschine, el viento ligero y constante, y las impresionantes condiciones de luz, hacen que este lugar sea una delicia para los sentidos. Uno de los aspectos más destacados es la telaraña de 170 m2 que se entreteje en pleno cañón: una red transitable que se extiende sobre el desfiladero proporcionando vistas y emociones al mismo tiempo.
5. Recorrer Lauterbrunnen, el valle de las 72 cascadas
Lauterbrunnen se encuentra a 796 metros sobre el nivel del mar en un impresionante valle situado entre gigantescos acantilados y picos de montaña. Aquí se precipitan al valle las cascadas más altas y espectaculares de Suiza. La cascada Staubbach, una de las más altas de Europa en caída libre, inspiró a Goethe a escribir su poema «Canto de los Espíritus sobre las aguas». El pueblo de Lauterbrunnen es el punto de partida del teleférico con uno de los paisajes más bellos del continente El otoño es la estación perfecta para descubrir los numerosos senderos y rutas en bicicleta de montaña que rodean esta comuna.
6. Explorar las cuevas de San Beatus
Una excursión de exploración a un mágico mundo de piedra y agua. Las Cuevas de San Beatus dejan a los visitantes fascinados por las increíbles formas y colores de sus grutas. Los caminos de la cueva son seguros y fácilmente accesibles gracias a la moderna iluminación eléctrica. Se pueden recorrer las poderosas formaciones calcáreas para descubrir formas y tonalidades únicas a lo largo del recorrido. La montaña está llena de estalagmitas y estalactitas que han tardado millones de años en formarse. Hoy en día, las grutas de San Beato, con sus gargantas interiores, sus imponentes salas y sus cascadas atronadoras, siguen irradiando una fuerza particular.
7. Cargar las pilas en un spa con vistas a los Alpes
Interlaken es un destino de referencia para el turismo de bienestar en Suiza: la relajación con las mejores vistas panorámicas está garantizada. Ya sea en una piscina al borde de las aguas del lago Thun o en un jacuzzi de madera junto al lago Brienz, el Oberland bernés ofrece una gama inigualable de ofertas que invitan a desconectar. Relajarse en una sauna con vistas a las montañas nevadas, disfrutar de un masaje exfoliante o fortalecer el sistema inmunológico en un baño de vapor con esencias herbales, son algunas de las opciones para poner en equilibrio cuerpo, mente y alma. Para ello, existen numerosas instalaciones de spa y bienestar alrededor de los dos lagos y en la propia Interlaken.