- Playas con bandera azul, exquisita gastronomía mediterránea, arte, cultura, patrimonio y paseos a la luz de la luna en uno de los jardines urbanos más importantes de España forman parte de la oferta de la ciudad para esta temporada estival.
- Gracias a su privilegiado enclave natural, su agradable clima y sus buenas conexiones, Castelló es una alternativa accesible a tener en cuenta por el turista nacional y extranjero.
En la imagen (arriba), playa del Pinar de Castelló, planetario y montañas al fondo.
El verano ya es una realidad y todavía muchas familias, amigos y parejas están buscando destino para disfrutar de unas merecidas vacaciones, descansar y desconectar de la rutina diaria. Las últimas tendencias y estudios muestran que el perfil del turista postpandemia tiene muy claro lo que busca en unas vacaciones o escapada: destinos en entornos naturales, con posibilidades de actividades al aire libre y un amplio abanico de actividades y oferta gastronómica, cultural y de ocio que permita cubrir y alargar los días de estancia.
El Patronato de Turismo de la ciudad de Castelló, lleva trabajando varios años en ofrecer una oferta variada y accesible a todos los públicos y edades que permita al visitante conocer las bondades de la ciudad y repetir estancia y pernoctación cuando se dé una nueva oportunidad.
Para ello, ha preparado un listado con las 10 razones que ofrece Castelló para tener en cuanta a la hora de elegir un destino vacacional o realizar una escapada en familia, amigos o pareja:
1. Playas con bandera azul, a pocos minutos del centro de la ciudad.
La ciudad de Castelló cuenta con tres playas con una extensión aproximada de 4 km a lo largo del litoral mediterráneo. Están preparadas con todos los servicios e instalaciones para disfrutar de una jornada de sol y arena en la mejor compañía. Además, la calidad de sus aguas está reconocida. Actualmente, las playas del Pinar y Gurugú cuentan con el reconocimiento de la Bandera Azul. Restaurantes, chiringuitos, actividades deportivas y para los más pequeños, todo con la ventaja de estar a pocos minutos del centro de la ciudad. No es necesario desplazarse a varios kilómetros ni coger el coche.
2. El arrocito de Castelló, gastronomía mediterránea con producto de cercanía y calidad.
Castelló goza de una oferta gastronómica variada y de calidad. Saborea un arrocito de Castelló con productos locales de la huerta y de la lonja del Grao. La receta de rape, sepionet de la punxa, langostinos del Grao, la alcachofa… Con estos ingredientes se consigue una exquisita mezcla de sabores, que hace del “Arrocito de Castelló” el plato que abre la puerta al visitante a conocer la riqueza gastronómica de esta ciudad.
3. Y de postre el carajillo típico de Castelló.
Tómate un carajillo En Castelló, para la preparación del carajillo se calienta y quema parcialmente el alcohol en el vaso, junto con el azúcar, los granos de café y un trocito de corteza de limón. Se apaga luego tapándolo con un platito de café y mientras se prepara un café. Luego se junta todo en el vaso del alcohol y se sirve bien caliente. No te puedes ir de la ciudad sin probar uno.
4. El Fadri, una torre medieval única, seña de la historia y el patrimonio de la ciudad.
Castelló también ofrece monumentos singulares que merecen una visita. Uno de ellos es el Fadri, una torre medieval exenta con una altura de 60 metros. Se trata de un edificio que se comenzó a construir en el siglo XV, pero no llegó a acabarse hasta 1604. Situado en la plaza Mayor, es uno de los símbolos más representativos de la ciudad.
5. La arquitectura de Castelló, mezcla de estilos y del paso del tiempo.
Callejea por la ciudad y descubre el modernismo o el casco histórico desde las casas ubicadas en la plaza de La Independencia y el edificio de Correos hasta restos de la vida en el Castelló de los siglos medievales, la arquitectura de Castelló es única y representa y explica el paso de generaciones y momentos históricos en la ciudad.
6. El Mercado central, raíces, producto y patrimonio.
El Mercado Central es un elemento representativo de la ciudad de Castelló. En su interior se respira historia, naturaleza y el paso de generaciones cuidando los productos locales. La experiencia de los productos de la terreta: el mar y la huerta Desde la Edad Media, hasta nuestros días. En el Mercado Central es un edificio de merecida visita donde se pueden encontrar productos típicos de la huerta castellonense y de la costa.
7. Enclaves únicos y paseos agradables: La Magdalena y el Castell Vell.
Sorpréndete visitando el parque natural de la Magdalena y el Castell Vell. En plena ciudad, sin necesidad de grandes desplazamientos, encontrarás estos dos enclaves únicos en un entorno privilegiado. En el cerro de la Magdalena se encuentra este castillo, origen de la ciudad actual, y la ermita de la Magdalena. Se trata de un lugar de ocupación desde el neolítico y sus orígenes datan del siglo X o XI. Una opción perfecta para un paseo familiar o en pareja, aprovechando el fantástico clima mediterráneo.
8. Respira historia, trasládate a otras épocas.
Paseando por las calles de Castelló puedes disfrutar de la arquitectura rural barroca valenciana. El mejor ejemplo: Basílica de la Virge del Lledó. Al final de la calle Lledó, se alza la basílica de su mismo nombre, donde se encuentra la Virge del Lledó, la patrona de la ciudad. Con un estilo toscano renacentista, la basílica de Lledó no es solo un centro devocional, sino un foco de actos cívicos y populares donde los castellonenses se juntan a celebran eventos y reuniones.
9. Un refugio de guerra en plena ciudad.
Castelló también ofrece a sus visitantes una actividad para no olvidar las situaciones insólitas de guerra que hasta hace pocas décadas sufría el mundo. Baja a lo más profundo del Refugio Antiaéreo Espacio subterráneo, recuperado con el objetivo de dar a conocer la historia de la ciudad durante el conflicto de la Guerra Civil.
10. El parque Ribalta, paseo imprescindible nocturno o a cualquier hora del día.
En el corazón de la ciudad de Castellón se encuentra el Parque Ribalta, un pulmón verde para la ciudad. Fue diseñado junto a la antigua estación ferroviaria, tras su inauguración el año 1868. Es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y uno de los pocos jardines urbanos que existen en el territorio nacional. Un paseo agradable disfrutando de la flora y también la fauna que existe en este entorno. Y las fuentes y representaciones artísticas que lo adornan. A la luz de la luna, o durante el día. Un plan siempre agradable.