Ferrol para dos en una escapada antes del verano

Una ciudad de rezuma historia por cada calle que recorras. Una gastronomía que conquista a cualquier paladar. Un enclave natural inolvidable. Es Ferrol

Entre DANAS y días cambiantes, junio ha hecho acto de presencia con mucha incertidumbre y duda a la hora de programar una escapada para dos. “Es que nos llueve, es que va a hacer frío, es que el tiempo nos va a empañar el fin de semana…” Son las reticencias propias, pero por encima de todo eso esta la certeza de que hay destinos que son inherentes al clima y las estaciones. Ferrol puede ser ese destino para disfrutarlo en una escapada fantástica antes de que arranque el verano y todo se llene.

Autorregalarse un viaje de placer con un ser querido es algo que se debería repetir a lo largo del tiempo con más frecuencia. Conocer lugares nuevos, donde la historia se abra camino y os sorprenda conociendo rincones y recovecos únicos. Descubrir sabores únicos a través de creaciones singulares elaboradas con produsctos de la tierra. Y, como no, emocionarse al vivir en primera persona, algunas de las postales más idílicas que podemos atesorar.

Una visita a Ferrol no puede empezar mejor que con un recorrido por sus calles para empaparse de su esencia modernista. Edificios, algunos de ellos centenarios, que permiten conocer el estilo modernista gallego y su evolución hacia el nuevo Eclecticismo. Todo ello, obra de un visionario arquitecto, Rodolfo Ucha, que con su estilo y enfoque, consiguió imprimir ese sello tan característico y reconocible a la ciudad y que hoy en día es tan icónico y representativo de Ferrol.

Playa de Santa Comba

Y no hay nada tan representativo en Ferrol como las Meninas de Canido. Un barrio que en otro tiempo era decadente y un tanto gris, hoy en día desborda color, arte y un halo especial. Cientos de murales, obras irreverentes y trasgresoras, propuestas frescas y en algunos casos, divertidas. El proyecto, impulsado por el artista Eduardo Hermida, ha llenado de vida unas calles deprimidas y tristes. Encima, existe la posibilidad de recorrer estas renovadas calles junto al artista, e incluso, participar del proyecto e un taller pictórico y dejar la impronta personal en uno de sus murales.

Como no se conoce del todo un sitio sin explorar sus tesoros culinarios, es de obligado cumplimiento sentarse a la mesa para relamerse con un producto 100% Ría de Ferrol. Unos berberechos y almejas de las Pías, centollos, zamburiñas, nécoras, junto con los percebes del área de Ferrolterra. Los más ‘carnívoros’, pueden salivar con la exquisita ternera da Capelada. Una carne con un sabor inconfundible, obtenida de reses alimentadas a base de pasto y leche. Y para los más ‘golosos’, la ‘Castiñeira’, la genuina tarta de Ferrol elaborada a base de castañas. No se queda atrás su cremoso arroz con leche, con su capa de azúcar caramelizado en la base tan característico.

Para culminar la escapada, un paseo por sus espectaculares playas. Calas, playas de ría o inmensos arenales de mar abierto. Ver un atardecer en la playa de Penencia. Un paseo para dos en la preciosa playa de Doñinos o perder la noción del tiempo oteando el horizonte en la playa de San Xurxo. Ferrol vale lo que valen sus playas, y son cuatro de ellas las que cuentan con bandera azul: las anteriormente citadas Doñinos y San Xurxo, junto a Esmelle y A Fragata.

La experiencia de descubrir Ferrol en pareja es un regalo para ofrecer en cualquier época del año. Siempre habrá un rincón escondido que visitar. Siempre habrá un vino pendiente de tomar en alguna taberna. Siempre habrá un instante de silencio escuchando las olas del mar mientras la brisa nos llega al rostro. Siempre habrá un motivo para vivir Ferrol.

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