Según la Coordinadora de Hostelería de los barrios de Valencia
Continuando con el análisis de la evolución de la celebración de las Fallas durante la primera semana de septiembre, la Coordinadora de la hostelería de los barrios de Valencia hace balance del último fin de semana previo al inicio de la semana fallera.
En primer lugar, la Coordinadora quiere señalar que, en términos generales, la celebración de las fallas no está generando actividad turística ni hostelera en la ciudad de Valencia, y mucho menos, en las ciudades del área metropolitana que van a celebrar las fallas suspendidas en 2020 durante esta semana.
Teniendo en cuenta que la cuenta atrás de la celebración de las Fallas coincide con las últimas fechas del periodo vacacional en agosto, los valencianos están apurando sus viajes vacacionales y los últimos días de este mes en sus segundas residencias o en la casa del pueblo.
Por otro lado, las restricciones y los horarios del toque de queda vacían las calles a la hora de las cenas e impiden las rutas falleras previas a la Plantá, por lo que el fin de semana previo a las Fallas ha sido un desastre, y se han confirmado plenamente las malas expectativas de las pymes del ocio y la hostelería, cuya actividad no llega al 20% de lo que sería un fin de semana pre-Fallas normal.
Sin embargo, los malos resultados del fin de semana contribuirán a la limitación del impacto sanitario de la celebración de las Fallas, cuya Plantá y celebraciones están teniendo un alcance muy limitado y atraen únicamente al colectivo fallero más implicado. Lo que viene a demostrar que la celebración de las Fallas era viable y necesaria para completar el ejercicio fallero, sin que supusiera ningún tipo de riesgo sanitario en el momento actual
Hasta el momento, podemos decir que las visitas turísticas y excursiones asociadas a las fallas son totalmente inexistentes.
Comparando la actividad del ocio y la hostelería de estos días con la desarrollada a lo largo del verano, los resultados son muy desiguales y van por zonas. Las zonas turísticas como el Cabañal, Ciutat Vella o Russafa están funcionando mejor que el verano pasado, duplicando sus resultados, mientras el resto de los barrios han estado desiertos y la hostelería de esas zonas está funcionando incluso peor que el último fin de semana de agosto del año pasado, cuando se pudo apreciar la recuperación de la actividad, lo que no ha pasado este año.
En definitiva, a nivel global se puede decir que este ha sido el fin de semana más flojo de agosto, sin que las Fallas hayan tenido ningún impacto para la recuperación de la actividad del ocio y la hostelería de la ciudad.