Costa Cruceros y su Fundación se unen a Ángel León para el desarrollo de la comida del futuro

  • La asociación con el chef con estrellas Michelin se extiende ahora a un proyecto pionero en todo el mundo: el cultivo del grano marino, un «superalimento» rico en propiedades nutricionales, que además contribuye a la preservación del mar.
  • Gracias al apoyo de Costa y de la Fundación Costa Cruceros, la iniciativa se ampliará a escala internacional.

Un amor infinito por el mar y la excelencia en la gastronomía son las bases de la colaboración entre Ángel León y Costa Cruceros. La alianza, iniciada el pasado mes de octubre, no se limita a los menús y platos creados por el chef español a bordo de los barcos, sino que ahora se extiende a un proyecto pionero en todo el mundo, por sus aspectos medioambientales, sociales y científicos: el cultivo del «grano marino», que Ángel León y el equipo de Aponiente están experimentando en la Bahía de Cádiz, España. Se trata de una planta marina que beneficia al ecosistema al enriquecer su biodiversidad, contribuye a mitigar el cambio climático al absorber y almacenar grandes cantidades de carbono y, sobre todo, es capaz de producir, a partir de sus semillas, un «superalimento» con grandes propiedades nutricionales, que podría convertirse en el «alimento del futuro».

Gracias al apoyo de la Fundación Costa Cruceros, los trabajos de investigación y desarrollo del «grano marino» se verán reforzados de forma significativa, marcando un punto de inflexión en la puesta en marcha del proyecto. En primer lugar, se podrá ampliar la superficie de cultivo del «jardín marino» en la Bahía de Cádiz, aumentando la producción del grano. Además, Costa y Ángel León trabajarán juntos para seguir promocionando el proyecto, ante el público, las instituciones y la comunidad científica, para construir nuevas oportunidades útiles para «escalar» el proyecto, haciéndolo crecer aún más hasta el punto de expandirlo a nuevas zonas costeras en Europa, e incluso fuera de Europa.

Ángel León, conocido como el «chef del mar» y galardonado con 3 estrellas Michelin con su restaurante Aponiente, es un gran innovador de la cocina de autor. Desde hace más de una década ha dotado a Aponiente de un centro de investigación y desarrollo enfocado a incluir nuevos alimentos y otros productos del mar en la dieta humana. El objetivo es que algún día las personas puedan alimentarse de forma sostenible con productos marinos que no sean necesariamente pescado, demasiado a menudo afectado por la pesca intensiva.

En 2017, Aponiente puso en marcha un proyecto pionero a nivel mundial que permite recuperar una especie autóctona de planta marina, la «Zostera Marina», en un «jardín oceánico» de 3.000 m2 en la Bahía de Cádiz. Este cultivo experimental también ha suscitado el interés del comité científico del Departamento de Pesca y Acuicultura de las Naciones Unidas, que ha constatado que los cultivos de zostera contribuyen a la protección de la biodiversidad marina, constituyendo un ecosistema acuático especialmente rico. Los cultivos costeros de zostera son también un eficaz aliado contra el cambio climático, gracias a su gran capacidad para absorber y retener una gran cantidad de carbono en el sedimento, además de proteger el litoral de la erosión.

Pero el verdadero tesoro de la zostera marina es su semilla, rebautizada por Ángel León como «grano marino» o «arroz de mar», que puede consumirse tal cual o transformarse en harina y productos afines como el pan y la pasta. Es un alimento con importantes propiedades nutricionales: sin gluten, rico en omega 6 y 9, tiene una mayor cantidad de proteínas de alta calidad (13%), hidratos de carbono (82%, de los cuales un 50% es almidón) y un 2% menos de grasa (vegetal) que los cereales terrestres, como el arroz, la cebada, el trigo, la avena y el maíz. Un «superalimento», pues, que si se perfecciona adecuadamente, podría ser un recurso clave en el futuro para combatir los problemas de hambre y malnutrición, que asolan varias zonas del mundo.

Además, su cultivo es sostenible, porque puede crecer sin agua dulce ni fertilizantes. También es mucho más productivo y rentable que otro tipo de granos terrestres, y puede convertirse en un activo económico para zonas deprimidas, como la de Cádiz, que atraviesa una profunda crisis económica y de empleo.

«El mar es el mayor recurso que tenemos en la naturaleza. Es una idea que Costa y la Fundación Costa Cruceros comparten con nosotros, y que nos ha llevado a colaborar juntos en este proyecto.»

– ha declarado Ángel León. «Gracias a su apoyo, tendremos la oportunidad de hacer crecer aún más  nuestra  iniciativa,  con  la  esperanza  de  poder  prestar  una  ayuda  concreta  a  aquellas poblaciones que tienen dificultades de subsistencia o económicas, contribuyendo además a la protección del mar. Siempre he creído que este sueño inicial podría convertirse en una realidad y, con la llegada de nuestros nuevos socios, daremos realmente un salto adelante.»

Por su parte, Rossella Carrara, vicepresidenta global de Relaciones Externas y Sostenibilidad del Grupo Costa, ha comentado: «Ya teníamos una asociación con Ángel León, compartiendo con él un profundo amor por el mar. Nos pareció natural reforzar nuestra sinergia apoyando un proyecto que encaja perfectamente con las áreas de intervención de la Fundación Costa Crociere y con los valores de Costa Cruceros, porque reúne varios elementos con los que nosotros también estamos comprometidos desde hace tiempo: la protección y preservación del ecosistema marino y costero; la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras vinculadas a la lucha contra el cambio climático; la visión a largo plazo con vistas a integrar plenamente la sostenibilidad en el producto que ofrecemos a nuestros huéspedes; y la atención a los aspectos sociales y el apoyo a las comunidades que acogen nuestros barcos.

Entre los proyectos de la Fundación Costa Crociere que tienen grandes afinidades con el «grano marino» están los «Guardianes de la Costa», un programa de educación ambiental para proteger el litoral italiano, en el que hasta ahora han participado más de 400 escuelas y más de 22.000 estudiantes y profesores. En el ámbito social, cabe mencionar los proyectos de «Asistencia alimentaria», con más de un millón de comidas ya distribuidas gracias a la Fundación a personas necesitadas. Estos proyectos, así como todos los de la Fundación, también se apoyan a través de la recaudación de los restaurantes Archipiélago a bordo de la flota Costa, que ofrecen menús de autor de Bruno Barbieri, Hélène Darroze y Ángel León. Costa también ha sido la primera en lanzar un programa único en el sector marítimo, denominado «4GOODFOOD», que ha permitido reducir el desperdicio de alimentos a bordo en un 35%, permitiendo su reutilización para fines sociales y concienciando a los huéspedes y a la tripulación sobre el valor de los alimentos.

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