El ritmo de vacunación contra el COVID-19 continúa mejorando[1]: un 54% de la población mundial tiene al menos una dosis de la vacuna, un 69% de población en EEUU y 70% de los ciudadanos de la Unión Europea.
En este contexto de mejora de los indicadores, los viajes internacionales de negocio tienden a recuperarse gracias al levantamiento de las restricciones en numerosos países: solo en España, se ha producido un incremento del 200% desde principios de 2021, según los datos de viajes de International SOS[2], compañía líder mundial en asistencia sanitaria y gestión de riesgos de seguridad.
Esto supone un incremento mensual de 10% en viajes de negocios internacionales, y un 13% mensual en viajes de negocios domésticos. De hecho, La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) pronostica para 2022 un crecimiento respecto a los niveles pre pandemia de un 75% en viajeros internacionales y un 93% en la demanda de vuelos domésticos[3].
Noticias como el anuncio de la Casa Blanca por el que los viajeros extranjeros con la pauta completa de vacunación pueden viajar a EEUU desde el 8 de noviembre también están motivando este incremento. Por eso, 3 de cada 4 profesionales encuestados por la Asociación Global de Viajeros de Negocio (GBTA)[4] consideran que estas medidas potenciarán la recuperación del sector en los próximos seis meses.
Sin embargo, todavía es pronto para que los viajes retomen la normalidad previa a la pandemia. Santiago Álvarez de Toledo, Country Manager de International SOS para España y Portugal explica que “aunque desde International SOS observamos una recuperación paulatina de los viajes de negocios, siguen existiendo riesgos que las organizaciones no deben pasar por alto, como las nuevas variantes del virus: la Delta ha tenido un impacto significativo en este 2021 y los expertos no descartan que puedan producirse más. De hecho, es 9 veces más posible ahora que los viajeros puedan necesitar una evacuación por problemas médicos”.
Por estos motivos, International SOS recomienda que las organizaciones con actividad internacional cuenten con asesoramiento experto para adaptar sus políticas de viajes y reducir los riesgos para su plantilla. En este sentido, la compañía apunta que el enfoque de la vuelta a los viajes en las organizaciones debe contemplar los siguientes aspectos:
• Evaluación del destino: Evaluar los destinos globales y la capacidad de viajar.
• Aprobación previa al viaje: Definir las funciones, realizar evaluaciones de riesgo, designar la aprobación del viaje y garantizar el cumplimiento.
• Acciones previas al viaje: Comprender y aplicación de medidas de mitigación, formación, aptitud para viajar y restricciones.
• Durante el viaje: Realización de un seguimiento de los riesgos, notificación de incidentes y acciones de asistencia.
• Escalada/otras olas: Supervisión y respuesta a los picos de casos, abordando la necesidad de evacuación y de reserva.
• Regreso del viaje: Establecer la vigilancia sanitaria del viaje de vuelta y los recursos por enfermedad al volver a la oficina.
Además, las organizaciones deben implementar otras medidas relacionadas con la exposición sanitaria de los viajeros y su deber de protección en viajes. Como por ejemplo, informar adecuadamente a sus empleados y organizar los preparativos antes, durante y después o proporcionar asistencia las 24 horas del día, prestar apoyo médico e incluso facilitar la evacuación sobre el terreno si fuera necesario.
“Para planificar todas estas medidas, es fundamental que los gestores de viajes estén muy bien asesorados sobre los últimos avances en sus países de actividad para evaluar el riesgo. El producto Workforce Resilience de International SOS proporciona ese alto nivel de asesoramiento y asistencia que necesitan para el cumplimiento de los estándares aceptados globalmente, como la nueva normativa ISO 31030. De esta manera, estarán mucho mejor preparados para actualizar sus políticas de viaje, informar a todas las partes implicadas y actuar en consecuencia”, añade Álvarez de Toledo.
Así, las empresas con la nueva ISO 31030[5] integrada en sus protocolos, cuentan con el nuevo punto de referencia mundial para la gestión de riesgos: una garantía para unos niveles óptimos de preparación y cobertura en aspectos como políticas de viaje, identificación de amenazas y estrategias de prevención y mitigación.