Austria celebra 70 años de turismo mirando al futuro

Por Chiky Trillo

Austria cumple 70 años de creación de su Oficina de Turismo para la promoción turística internacional, y lo celebra con energía renovada y un mensaje claro: su belleza no solo está en los Alpes ni en los palacios imperiales, sino también en la diversidad de sus regiones, en sus pueblos escondidos y en ese arte de vivir que hace del país alpino un destino de emociones auténticas.

Durante el encuentro, representantes del sector turístico austriaco compartieron con profesionales españoles las últimas novedades y experiencias que ofrece el país: aventura, cultura, naturaleza, esquí y gastronomía, todo bajo el sello de calidad y hospitalidad que caracteriza a Austria.

El reciente workshow celebrado en Madrid ha servido para presentar las nuevas apuestas del país, desde la fusión de las nueve regiones turísticas —prevista para 2026— que reforzará la marca “Austria” como destino único, hasta las propuestas más innovadoras que combinan naturaleza, deporte y cultura.

Entre los destinos clásicos, Viena sigue siendo la joya imperial, con sus cafés centenarios —algunos con más de 125 años de historia— donde aún resuena el eco de los valses y las tertulias literarias, con su patrimonio imperial, su oferta musical y su ambiente cosmopolita. Salzburgo mantiene intacta su elegancia barroca y su conexión con Mozart, además de ser la  puerta de entrada a las legendarias minas de sal, mientras Innsbruck seduce con su fusión de historia y adrenalina alpina.

El evento también permitió poner el foco en Linz, una ciudad que combina historia y vanguardia tecnológica, y que se consolida como destino emergente gracias a su excelente conectividad, con vuelos directos desde Madrid.

Pero Austria también quiere mostrar su lado menos conocido. Lugares como Bad Ischl, la pequeña ciudad termal que fue Capital Europea de la Cultura en 2024, evocan la nostalgia del Imperio austrohúngaro entre montañas, lagos y cafés con aroma a tradición. O el encantador casco antiguo de Hallstatt, suspendido entre el lago y la roca, una postal viva del pasado minero del país.

El Tyrol Visual se presenta como una de las grandes novedades: un proyecto que apuesta por el turismo sostenible y la conexión emocional con el paisaje. En verano, el deporte toma el relevo del esquí, con destinos como Zell am See, donde se puede jugar al golf frente a los glaciares, ya en retroceso por la escasez de nieve en invierno. Y más al norte, la Alta Austria invita a seguir el curso del Danubio, descubriendo monasterios barrocos, abadías y miradores sobre el río más musical de Europa.

La conectividad también suma puntos: Ryanair ofrece vuelos directos desde Valencia, Alicante, Barcelona y Palma de Mallorca a Linz, abriendo nuevas puertas a quienes quieran descubrir un país que combina historia, arte, bienestar y naturaleza con una facilidad que sorprende. O la combinación entre Madrid-Innsbruck de miércoles a domingos desde el 21 de diciembre hasta primeros de abril, coincidiendo con la temporada de esquí.

Con esta presentación, la Oficina Nacional de Turismo de Austria reafirmó su compromiso con el mercado español y su papel como uno de los destinos europeos más inspiradores, donde la cultura se vive, la naturaleza se respira y cada viaje se convierte en una experiencia auténtica.

A los 70 años, Austria no mira atrás: reinventa su historia, une sus regiones y propone al viajero vivir su esencia, entre un vals y una cima, entre un café humeante y un paisaje que parece pintado con pinceladas de calma y elegancia.

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