
El Limón Exprés, tren turístico con el que David A. G. Simpson, activo empresario inglés afincado en Benidorm, inició la captación de turistas británicos el 1 de junio de 1971, no ha circulado desde el 27 de mayo del 2005. Veinte años en vía muerta, ferroviariamente hablando, con los coches y las locomotoras a la intemperie en El Campello y a merced de ladrones y grafiteros.

El concesionario Rudy Meyers pidió en el 2005 la paralización de los servicios tras dos descarrilamientos para que dejaran en condiciones el rodaje de los coches, y FGV le dijo que serían un par de años para facilitar la reestructuración de las vías e instalaciones en la estación de Benidorm junto con la prolongación de la electrificación que posibilitara la llegada de los trenes Tram eléctricos hasta Altea, y al unísono, lo pedido por Rudy, reparar o sustituir el rodaje, los viejos bogies o carretones, de los coches del tren turístico para evitar percances. Cambiaron los bogies en el 2007, con una inversión de 960.000 euros, pero aduciendo inconvenientes por la lenta modernización y adecuación del Ferrocarril de La Marina, han pasado veinte años y no han sido reanudados los servicios del tren turístico, el más antiguo de España, para ayudar al turismo de sol y playa de aquí.
Como ha sido noticia varias veces en esta publicación, desde su inauguración fue una atractiva y peculiar oferta, inicialmente hasta Denia, pero poco tiempo después circunscrita al tramo entre Benidorm y Gata de Gorgos, utilizada en los primeros decenios solamente por británicos, contingente turístico mayoritario en Benidorm durante todo el año, con 1,3 millones en 2024, el 45% del total de los turistas que pernoctaron. A ellos se unieron en los años noventa visitantes de otros países y jubilados españoles y familias con niños. También el tren fue protagonista en viajes conmemorativos y especiales.
Tuvo cambios de concesionarios, en 1988 trajeron locomotoras diésel-eléctricas con mayor capacidad de arrastre, las viejas carrocerías de madera de los coches de viajeros fueron reconstruidas en los últimos años ochenta en Miró Reig de Alcoy, y a partir del 2005 hubo la importante inversión mencionada para sustituir los bogies de los doce coches con la apariencia exterior de los antiguos.
Por ello la reanudación de servicios es urgente para ayudar a la oferta complementaria en la Costa Blanca, ya que mientras hay diarios británicos que fomentan la asistencia a esa zona otros les reiteran continuamente a sus compatriotas que sustituyan las costas masificadas por otras más tranquilas. Como playas hay por doquier en los países que contornean el mar Mediterráneo, es necesario promover y cuidar alicientes añadidos en la Comunidad Valenciana, cuya economía tiene en el turismo un aporte básico. En el año 2012 y sin protestas por masificación las autoridades valencianas “contaban con el turismo como importante tabla de salvación económica, como locomotora de otros sectores productivos, y por ello había que aprovechar lo que pudiera ayudarle”. Los empresarios invierten y gestionan, pero la administración pública debe implicarse al máximo y fomentar o ayudar, según corresponda, la oferta complementaria a la de sol y playa. Además, los servicios turísticos aportarían vitalidad a la mitad norte del Ferrocarril Alicante-Denia.
Con gestiones y visitas desde el 2015 no le autorizaron a Gestión Ferroviaria de Barcelona que reanudara los servicios como Tren Histórico de La Marina, no ha trascendido si le han propuesto reiniciar los servicios a Rudy Meyer que gestionó el Limón Exprés entre los años 1988 y 2005, y si están de acuerdo en ceder seis coches del peculiar tren al Consorcio del Ponfeblino, entidad leonesa que quiere dinamizar turísticamente la comarca entre Ponferrada y Villablino, que tuvo mucha vitalidad mientras estuvo en activo un ferrocarril que transportaba carbón. Ceden un material cuyas nuevas carrocerías están parcialmente amortizadas y los rodajes sin estrenar. Un regalo.
Con lo que quedará en El Campello pueden ponerlo en servicio en versión años setenta, cuatro coches para viajeros, y añadirle uno de los dos salón-bar, ya que no los quieren en Villablino. Remedios contra la adversidad y la falta de visión comercial de aquí. Y lo positivo, que, tras la protesta y petición de soluciones de la Federación integrada por las diez asociaciones de amigos del ferrocarril de la Comunidad Valenciana, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha aprovechado la ocasión para pedirle a la Consellería de Educación, Cultura, Universidades y Ocupación, que su colección de material histórico ferroviario la declare como Colección Museográfica Permanente, para evitar que sigan saliendo representantes ferroviarios y tranviarios históricos valencianos hacia otras partes de España.
Esteban Gonzalo Rogel
Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo.

