Entrevista Santos Torres, organizador del Pride: «Celebrar el Pride en Benidorm es un lujo»

El verano, al menos eso dice el calendario, no terminará hasta el 22 de septiembre. Sin embargo, como sucede con la industria de la moda o las cada vez más adelantadas campañas navideñas de las grandes superficies comerciales, en Benidorm el cambio de estación se produce un poco antes. De alguna manera, el final del verano turístico y, con él, el arranque del otoño llega con el final de agosto.

Antes, cuando la capital turística de la Comunitat Valenciana no había alcanzado la desestacionalización plena, se hablaba de temporada alta y temporada baja. Ahora, cuando las cifras de ocupación baten récords de enero a diciembre, el alcalde de la ciudad, Toni Pérez, ha acuñado un nuevo baremo: la temporada alta y la temporada ‘maja’.

Y esa temporada ‘maja’ arranca con una cita que, tras trece ediciones ya a sus espaldas, se ha convertido en uno de los grandes motores turísticos del otoño en ciernes: el Benidorm Pride o, dicho de otro modo, el Orgullo que, dirigido de manera específica al sector LGBT, reuniendo en la ciudad a cerca de 20.000 personas.

El Benidorm Pride, el Orgullo benidormense, sirve por lo tanto, de puente entre la campaña más playera y la que llevará, Festes Majors Patronals (y su internacional ‘Fancy Dress Party’) mediante, hasta el punto fuerte de Navidad. Es decir, el evento que despide el verano o da la bienvenida al otoño, según se mire. Su organizador, Santos Torres, presidente de la Asociación Turismo LGBT de Benidorm, no quiere elegir.

¿Cuál de las dos opciones te gusta más?
Yo creo que puede ser perfectamente las dos cosas. Me gusta pensar que el Benidorm Pride sirve tanto para despedir el verano como para dar la bienvenida al otoño.

El Orgullo de Benidorm, así lo ha venido demostrando durante las trece ediciones ya celebradas, es una semana turística, festiva y reivindicativa en la que, además, desde la organización os preocupáis de que haya actos para todo tipo de públicos.
Sí. Celebrar un evento como el Benidorm Pride aquí es un lujo. Conozco muchos orgullos de España e, incluso, algunos de fuera y, sinceramente, por enclave, por temperatura y por todo; el de Benidorm es un gran lujo.

Como dices, y comparándolo con los que se hacen en otros lugares, lo que tenemos en nuestra ciudad es una maravilla de calle y un programa que lo disfruta la gente que participa, pero sobre todo la gente de Benidorm. Cuando camino por la calle la veo disfrutar como locos.

De nuevo, el desfile-manifestación es el acto más vistoso, pero ¿es también el más importante?
Realmente es la joya del evento y de la semana, porque es esa fusión entre los que reivindicamos y esa gente que está viendo el desfile y disfrutándolo. Esa es la fusión que se busca.

Lo que realmente consigue esa fusión, aunque es lo que hacen todos los actos ‘gay friendly’, es lo que se puede ver ese sábado. Y no sólo por el desfile, que es el acto central, sino también con las actividades posteriores que se hacen en el auditorio Julio Iglesias. Ahí ya la gente se vuelve loca.

¿Cuántas carrozas este año?
¡Este año se nos ha ido  de las manos! Estoy súper contento porque venimos de unos años en los que se había notado una bajada de participación por parte de los locales de Benidorm un poco preocupante. Sin embargo, este año hemos recibido muchísimos formularios de inscripción.

Sabemos que es algo que resulta caro: contratar la carroza, el equipo de música, un DJ… pero se han organizado unos con otros, se han asociado y la participación ha subido mucho. Además, participará también el Benidorm Fest, la Comunitat Valenciana, tendremos carrozas que vienen de Gandía o Alicante… Este año es realmente increíble.

Aunque el año pasado ya fue de absoluta normalidad, la hostelería lo ha pasado muy mal durante y después de la pandemia. Quizás sea ahora cuando estén recuperándose ya definitivamente de aquel palo económico y, por eso, haya subido la participación.
Creo que ese es uno de los motivos. Además, nosotros también hemos cambiado cosas. El año pasado ya no lo hicimos, como quien dice, tan cerrado. Es decir, sacamos muchos eventos a la calle: al auditorio Julio Iglesias, al Óscar Esplá, a la calle Bilbao, al Mirador… Hemos repartido el cariño con la hostelería celebrando eventos en diversas discotecas y hoteles.

Con ello, se ha creado una sinergia entre negocios, ya no solo negocios LGBT, sino negocios de aquí, de Benidorm, y esa es la unión y la fusión que se busca.

Un Benidorm que ha sido un destino ‘gay friendly’ desde el principio del boom turístico, a mediados del siglo pasado.
Efectivamente, siempre lo ha sido. Aquí nadie se escandaliza o, si lo prefieres, nadie se sorprende de estar tranquilamente tomándose una cerveza y ver a un chico o una chica súper maquillado con una maleta porque ya sabes que va a actuar en algún espectáculo.

Y, pese a ello, eventos como el Benidorm Pride siguen siendo imprescindibles para reivindicar la igualdad, que es lo que se reivindica en el Orgullo.
Eso es. Sobre todo, la igualdad, que las personas tengamos los mismos derechos sea cual sea su condición sexual. Cada uno que haga lo que le dé la gana con su vida mientras no se meta con nadie y nos respetemos los unos a los otros.

Seguimos luchando porque sigue viendo de vez en cuando algunos comentarios durante el evento en redes sociales un poco fuera de lugar, pero realmente cada vez son menos. Gracias a Dios, también tenemos la suerte de que por aquí no hay tantos ataques homófobos como en otras ciudades de España.

¿Eres de los que se toma en serio las redes sociales?
Las leo y saco mis conclusiones, evidentemente. Sobre todo, porque me gusta recoger las críticas que son constructivas para poder mejorar.

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