En la imagen, Limón Exprés sobre Puente del Ferrandet, año 2000. Foto: FGV.
Este año los trenes turísticos españoles han retornado a sus ofertas como las hubo hasta el año 2019, pero continuando en vía muerta el Limón Exprés, el pionero tren español que el pasado uno de junio cumplió 51 años de su inauguración.
Hasta el 27 de mayo del 2005 fue una atractiva y peculiar oferta turística entre Benidorm y Gata de Gorgos, en los primeros decenios utilizada, principalmente, por británicos, contingente turístico mayoritario en Benidorm, y posteriormente con creciente participación de visitantes de otros países y jubilados españoles.
Tuvo cambios de concesionarios, los coches de viajeros fueron reconstruidos en los años ochenta, trajeron locomotoras diésel-eléctricas con mayor capacidad de arrastre, y la paralización de los servicios, según FGV, fue para facilitar, en dos años, la reestructuración de las vías e instalaciones en la estación de Benidorm junto con la prolongación de la electrificación que posibilitara la llegada de los trenes Tram eléctricos hasta Altea, y al unísono reparar o sustituir el rodaje, los bogies o carretones, de los coches del tren turístico para evitar percances.
Han pasado 17 años, están ultimando la lenta, -más de veinte años-, adecuación de una línea de 94 km., incluido el adentramiento soterrado en Alicante, y sin noticias sobre la reanudación de los servicios del Limón Exprés, gestionado directamente por FGV, o por concesionarios, como lo fue entre 1971 y 2005.
Cuando tanto inciden los responsables turísticos del gobierno valenciano en el aprovechamiento máximo de los complementos al sol y playa, es inadecuado que desestimen ofertas privadas, como lo hicieron en 2014 a Gestión Ferroviaria, y supongo que otras, posteriormente, para reanudar las circulaciones.
Los limoneros entre Benidorm y Altea han desaparecido, el desfiladero antes de Gata de Gorgos está parcialmente desfigurado, y hay mucho hormigón por doquier, pero todavía se ven bellos paisajes desde el tren, principalmente entre Olla de Altea y Teulada.
Tren turístico, combinando disfrute paisajístico con diversión, por un tramo central del Trenet de La Marina, oficialmente Ferrocarril Alicante-Denia, línea férrea con más curvas de las necesarias para que su longitud pasara de noventa kilómetros y la empresa Estratégicos y Secundarios de Alicante pudiera cobrar subvención estatal en 1915.
Por ello, desde la entrada en servicio de la autopista en 1979 y más desde la supresión de los peajes el uno de enero del 2020, no son competitivos los servicios del tren de vía estrecha con autobuses y automóviles para municipios distantes, pero sí para las distancias cortas entre poblaciones, urbanizaciones, y centros comerciales, deportivos, de ocio y sanitarios.
Están terminando la modernización de la superestructura, vías y traviesas, pero no han incluido variantes que en los años setenta consideraron necesarias para sustituir trazados tortuosos y disminuir tiempos de viaje. Tampoco la vía doble proyectada para facilitar frecuente conexión tranviaria entre Vila-joyosa, Benidorm y Altea.
Sin embargo, van a suplantar los grandes viaductos metálicos del Quisi y del Ferrandet, por otros de hormigón, ya que los nuevos trenes Tram duales, eléctricos para circular con catenaria y sin ella mediante alternador movido por un motor diésel, pesan demasiado para pasar por ellos. Viaductos por los que pasaron largos trenes turísticos remolcados por potentes locomotoras diésel-eléctricas, han sido recientemente restaurados, y por ellos pasan ahora trenes con tolvas llenas de balasto que pesan más que los Tram, mixto tranvía-tren.
Algo no cuadra, y más si como me dijeron algunos ferroviarios, los equipos motores deberían estar repartidos en el tren, pero le urgieron a la factoría Stadler de Massalfassar para que los construyera colocando todo en uno de los elementos del tren, sin dejarles tiempo para que estudiaran la forma de repartir el peso. Y ahora a gastar dinero público, más de 600 millones de euros, de lo recaudado en impuestos.
Van a suprimir tramos metálicos seculares, peligrando también los del Mascarat y Algar, con pruebas positivas de la Universidad Politécnica de València, que perjudicarían la faceta turística de la línea férrea.
En cuanto al trazado, es de general conocimiento que los peraltes, en carretera y en ferrocarril, facilitan la adscripción en las curvas y permite tomarlas a mayor velocidad. Sin embargo, además de suprimirlos en los recorridos tranviarios por Vila Joiosa, El Campello y Dénia, también lo han hecho en el resto del trazado de la línea, obligando a circular a los modernos Tram a menor velocidad que los viejos automotores, y tardando más tiempo que antes en recorrer la línea, pese a los carriles soldados y las traviesas de hormigón. Según ferroviarios por el suelo bajo tipo tranvía y no tener la suspensión que facilite la circulación normal por línea férrea peraltada.
Asimismo, rara e incomprensible la solución para el paso a nivel de la avenida Beniardá a la salida de la estación de Benidorm. El diario digital Top Turismo, con sede en esa ciudad turística, comentaba el 10 de enero del 2014 que la mejor solución, según proyecto del 2011 con visto bueno municipal, era trasladar la estación junto a la de autobuses o soterrarla donde está junto con la vía hacia Altea, y con ello suprimir el peligroso y amplio paso a nivel, ya que la muy utilizada avenida, con dos carriles en cada sentido de la circulación, desciende en pendiente hacia el centro urbano. Sin embargo, han optado por dejar la estación donde está y construir un paso elevado con fuerte declive en ambos sentidos. Ignoro si ha habido protestas municipales, provinciales, empresariales y vecinales, por las chapuzas mencionadas.
Línea férrea con ambiciosos proyectos desde los años setenta del siglo pasado para convertirla en una eficiente de cercanías, que se fueron deshinchando con el paso de los años. Lo positivo, el realizado adentramiento soterrado en Alicante y dos líneas suburbanas de tranvías.
Ni alta velocidad hasta Benidorm, ni Tren de la Costa, ni línea de cercanías.