“Fun for everyone” se mantiene como slogan del Hotel Bitácora, un emblema del Sur de Tenerife que cerró sus puertas en febrero de 2020 para acometer una profunda reforma estructural y de concepto. Esta inversión, valiente en estos momentos de incertidumbre, responde a la necesidad de dar al destino Tenerife nuevos alicientes que contribuyan a recuperar el turismo lo antes posible, un sector estratégico para Canarias.
El nuevo Bitácora viene con el sello inconfundible de Lauro Samblás, director de arte canario de trayectoria internacional, que ha sido el encargado de crear el concepto visual. Estampados llamativos, colores fluorescentes y formas geométricas son sus rasgos identificativos, que se encuentran visibles en todos los espacios comunes y materiales del hotel, así como en sus 314 habitaciones coloridas, luminosas y muy espaciosas. El proyecto de interiorismo viene acompañado de una exquisita combinación de texturas, iluminación, muebles de diseño y piezas elaboradas exclusivamente para el hotel.
La gran apuesta del nuevo Bitácora viene marcada por la diferenciación de espacios, con la finalidad de dar a cada perfil de cliente el entorno que desea. Así, el proyecto renovado ofrece un total de 6 piscinas, 2 de ellas con toboganes para todas las edades, espacios de restauración, una zona infantil con kids club, parque de juegos y ludoteca de noche; además de una novedosa sala para adolescentes con DJ, billares… También una piscina sólo para adultos, con el Pink Bar como punto de encuentro con coctelería creativa y clásica; spas interior -con tratamientos para adultos y adolescentes- y exterior -en el área de piscinas- y la implantación del concepto Up! propio de Spring Hotels, que rehabilita las azoteas de sus edificios para ofrecer un nuevo espacio Premium para mayores de 18 años con piscina, solárium, bar y vistas al Atlántico y Playa de Las Américas.
Un lugar, también, para el deporte
El nuevo gimnasio panorámico, ubicado sobre las piscinas, está dotado de modernas máquinas y el asesoramiento de un equipo experto, pero además el Bitácora ofrece un refugio para los amantes del surf, que tienen junto a la piscina de adultos un vestuario donde aclarar y guardar sus tablas en una taquilla individual. El hotel tiene un acuerdo con una escuela y tienda de surf cercana para el alquiler y venta de equipos y la contratación de clases para amateurs y expertos.