- Los resultados de los primeros 9 meses confirman la gravedad del impacto sobre las empresas turísticas, desvirtuando su comparativa con ejercicios precedentes.
- Las restricciones a la movilidad y al aforo de los establecimientos siguen marcando una débil evolución en todas las áreas geográficas, a excepción de China y Vietnam.
- La digitalización se consolida como una gran ventaja competitiva, generando el canal Melia.com el 60% de las ventas del grupo.
- Las tendencias muestran la preferencia por los viajes domésticos, el mayor dinamismo de los mercados secundarios y el predominio de los clientes individuales frente a otros segmentos.
Gabriel Escarrer, Vicepresidente Ejecutivo y Consejero Delegado: “los primeros nueve meses de 2020 confirman el terrible impacto de la pandemia COVID-19 sobre la industria turística, y ponen de manifiesto lo acertado de nuestra respuesta frente a la crisis, con el doble foco de activar las palancas de resiliencia del Grupo, y de mejorar nuestra competitividad y eficiencia.
De este modo, en el corto plazo, nuestro Plan de Contingencia nos ha permitido garantizar la viabilidad de la empresa en un contexto de máxima incertidumbre e inédito desplome de la demanda; al mismo tiempo, una ágil planificación de las aperturas y una combinación de flexibilidad, seguridad – mediante el programa Stay Safe With Meliá– y capacidad comercial nos han permitido maximizar el número de hoteles abiertos –157 al cierre de septiembre- y sus resultados, ya que el 100% de los establecimientos abiertos cumplieron con las expectativas de recuperar empleos y actividad, sin afectar negativamente a la viabilidad del Grupo.
En el largo plazo, el Grupo ha lanzado un proceso de reflexión y revisión de su estrategia, apuntalando sus fortalezas básicas en materia de solvencia, talento, digitalización, marcas, portfolio hotelero diversificado y renovado, que le situarán en una posición inmejorable para aprovechar las oportunidades de crecimiento que aflorarán al hilo de la previsible consolidación del sector después de la pandemia.»
Meliá Hotels International presentó la pasada semana sus resultados correspondientes a los primeros nueve meses del año, que reflejan con claridad la difícil evolución del grupo ante un auténtico “tsunami» que ha paralizado gran parte de la industria turística. Hasta septiembre, la compañía se comportó en línea con los datos reportados por el sector a nivel global, que apuntan a un descenso del RevPAR que oscila entre el -44,6% de Oriente Medio y el -59,3% de Europa. La evolución de los ingresos y gastos del Grupo estuvo muy influida por tres factores: digitalización, flexibilidad y seguridad.
La compañía ingresó 430,3 M€ hasta septiembre, que representa un descenso de -69% frente a los nueve primeros meses de 2019; el avanzado grado de transformación digital del Grupo permitió optimizar los ingresos, con un 60% de las ventas procedentes del canal directo melia.com, y un 82 % de los ingresos totales del canal realizados por clientes de su programa de fidelización, Melia Rewards. Este canal, especialmente importante ante la difícil coyuntura que atraviesa el segmento de la touroperación, le ha permitido también adecuarse a la demanda y mantener su apuesta por preservar la tarifa media, un esfuerzo que se refleja en la evolución del RevPAR (Ingreso Medio por Habitación Disponible) cuya caída se atribuye mayoritariamente al descenso de ocupación debido a la COVID, y en mucha menor medida, a la bajada de precio. El dato de ocupación acumulada a septiembre fue del 38,8%.
La gestión táctica desarrollada por el Grupo, que combina la seguridad de su programa Stay Safe With Meliá, certificado por Bureau Veritas, con la flexibilidad y su capacidad comercial, permitió también optimizar el proceso de aperturas y cierres de hoteles, manteniendo siempre el máximo de hoteles abiertos sin perjudicar la viabilidad financiera del grupo. De este modo, el 100% de los hoteles abiertos en el tercer trimestre alcanzaron el punto que la compañía denomina break-open, que señala el umbral de actividad a partir del cual un hotel abierto contribuye más que cerrado.
Igualmente, la garantía sanitaria ofrecida por los hoteles bajo el paraguas de Stay Safe With Meliá, sin sacrificar la experiencia, se convirtió en el tercer trimestre en el principal argumento de ventas de la compañía. La extraordinaria acogida de este programa, gracias a la percepción de seguridad de los clientes, sumada a la apuesta de Meliá por nuevos conceptos gastronómicos atractivos y adaptados a los requerimientos sanitarios, impulsó la retención de los clientes y el consumo de experiencias en el interior de los hoteles, registrando en el 3T un incremento del 43% de los ingresos por estancia en el capítulo de “Alimentos y Bebidas».
En la misma línea, los gastos operativos recurrentes del periodo (9M) se redujeron también en un 49%, gracias a la actuación en diversas líneas, entre las que destacan los esfuerzos de renegociación con sus proveedores y con las propiedades de hoteles en alquiler, destinados a salvaguardar la viabilidad de la compañía a través de un proceso colaborativo con sus stakeholders, que equilibrara el impacto económico de una crisis nunca vista anteriormente. En este marco excepcional, el objetivo prioritario de salvaguardar el talento del Grupo y el máximo de empleo posible se ha visto también favorecido gracias a figuras de protección establecidas y mantenidas por los gobiernos como los ERTE’s o “furlough schemes», dependiendo del país, complementadas por el diseño de un nuevo modelo operativo que persigue adaptar la organización a los nuevos requerimientos de la economía digital y al nuevo entorno competitivo.
El profundo proceso de digitalización integral que está desarrollando la compañía –sustentado en los últimos años por una fuerte inversión que por su carácter prioritario ha mantenido incluso durante 2020- está reportando ya importantes mejoras en eficiencia, que serán críticas para competir en el ecosistema post-COVID y convivir con la contracción del mercado que se prevé perdure hasta el año 2023 o 2024.
Como resultado de esta evolución a nivel de ingresos y gastos, el Ebitda sin plusvalías se situó en los primeros nueve meses en -98,9M€, mientras el resultado neto fue de -469,6 M€. Los resultados financieros de Meliá cayeron un 23,9% frente al mismo periodo de 2019, situándose la deuda neta pre-IFRS16 en 1.125,1M€. A nivel financiero, Meliá continúa trabajando para refinanciar los vencimientos previstos para los próximos años. A cierre de septiembre, la situación de liquidez (incluyendo la tesorería, así como las líneas de crédito no dispuestas) asciende a 442,5 M€, mientras que la compañía reporta un consumo de caja de 34M€ mensuales en el tercer trimestre. Meliá destaca que la financiación actual se ha conseguido sin covenants ni compromisos hipotecarios, destacando que cuenta con un importante volumen de activos propios (valorados en más de 2.100 M€) libres de hipotecas (el 75% del valor total de sus activos).
Compañía sostenible
Meliá Hotels International fue reconocida en el mes de octubre como la séptima compañía del mundo en gestión sostenible, según el prestigioso ranking “World’s Most Sustainably Managed Companies» del Wall Street Journal. Es también la primera empresa turística en el ranking mundial, y una de las dos únicas empresas españolas en el “Top 10″ de las “Compañías gestionadas de manera sostenible» a nivel mundial (para el que se han analizado más de 5.500 empresas cotizadas).
El ranking valora a las compañías por las políticas, programas y datos de desempeño y resultados de que disponen para gestionar sus negocios de manera sostenible, un ámbito estratégico para Meliá. Los resultados están en línea con los obtenidos en el Corporate Sustainability Assessment 2019 (Gold Class) de SAM, agencia de inversión sostenible integrada en Standard&Poors.
Perspectivas
La compañía, con las debidas cautelas, mantiene su estimación de la Semana Santa 2021 como “punto de inflexión» que podría marcar el inicio de una paulatina recuperación. La complejidad de dibujar escenarios en un entorno de máxima incertidumbre y volatilidad (acrecentada por las imprevisibles medidas que frente a la segunda ola de la pandemia puedan adoptar los diferentes gobiernos) ha impulsado a Meliá a estar preparada para reaccionar de manera ágil ante cualquier cambio en el corto plazo, al tiempo que permanece muy vigilante para captar en el medio plazo las oportunidades del mercado post-COVID.
Para ello, evolucionando su plan de continuidad de negocio, que ha denominado “el día después», busca acelerar la recuperación y, desde su demostrada resiliencia, poder resurgir más fuerte y con una filosofía renovada. En dicho plan se trabaja desde dos perspectivas: por un lado, asegurar la liquidez a través de una política de cuestionamiento absoluto de gasto, incluyendo la renegociación con proveedores y propietarios; por el otro, a través de un nuevo modelo operativo que garantice la eficiencia y profesionalización del servicio ofrecido, apostando por una digitalización integral de la Compañía, centrada tanto en los procesos de Back y Front Office como en la propia experiencia del cliente. Todo ello sin descuidar otras iniciativas ya activadas enfocadas a adaptar su operación al entorno cambiante.
Con vistas al cuarto trimestre, la Compañía informa que a partir del 1 de diciembre estarán operativos la práctica totalidad de sus hoteles en la República Dominicana y México, países que concentran la mayor parte de su presencia en el Caribe, para afrontar la temporada alta de la región. Por lo que respecta a España, una vez cerrados los hoteles de temporada tras el tercer trimestre, todo el foco vacacional recae en las Islas Canarias, que por su positiva evolución podrán volver a beneficiarse de la apertura de mercados tan importantes como el británico y el alemán, tan pronto como levanten el confinamiento de sus ciudadanos. La compañía sigue apoyando el establecimiento de corredores turísticos seguros entre dichos mercados y los principales destinos españoles. Por su parte, los hoteles urbanos continúan afectados por las restricciones y un eventual segundo confinamiento, y se estima que su recuperación será más lenta que la del segmento vacacional y de ocio.
En la región EMEA, la evolución se ha frenado recientemente ante las medidas de los diversos gobiernos para hacer frente a la segunda oleada del COVID. Por su parte, Cuba, aunque de forma gradual, ya ha reiniciado las operaciones con algunos Tour Operadores, dada la positiva evolución de los indicadores epidemiológicos.